El Baloncesto Sevilla tendrá que esperar un año más para volver a conquistar la Copa Andalucía, cuya XVII edición cayó, de nuevo, del lado del Unicaja por 77-74. El resumen del partido sería que un parcial de 11-0 de salida permitió a los costasoleños vivir de la renta, incluso ampliarla hasta los 16 puntos al inicio del tercer cuarto (45-29), aunque la reacción hispalense, desde la defensa, igualó un choque que se decidió al final con un tapón de Kuzminskas a Byars y una canasta de él mismo culminando el contragolpe.

Pero quedarse sólo con eso sería lo fácil. Hay más. El árbol, en este caso la remontada, no debe impedir ver el bosque. Como la pobre estadística desde la personal y el triple, sobre todo al descanso (7/15 y 0/8, respectivamente), aunque eso, como dicen los que saben de esto, es cosa de días. Otra cosa es la actitud, algo que ya no depende tanto de la suerte o de tener el día. Otras cuestiones más a tener en cuenta son, por ejemplo, la dirección, ya que Thames no es un base que lleve la manija del equipo y haga circular la bola, como ya se ha demostrado en los cuatro partidos de pretemporada, y Radicevic, pese a que va mejorando, tiene otras características; que Watts no aporta, de momento, ni siquiera la garra que siempre sumó un denostado Burjanadze; o la falta de un escolta anotador que desatasque el ataque desde el perímetro, más allá de que unas veces pueda aparecer Berni Rodríguez, de los mejores ayer, o Álex Urtasun.

Pero también hubo aspectos muy positivos ante un rival, sobre el papel, muy superior. Como la buena defensa del equipo tras el descanso, la concentración y lucha cuando estando 16 puntos por debajo el plantel sevillano no dejó de pelear hasta darle la vuelta al marcador, o nombres propios como los de Hernangómez, el propio Berni Rodríguez, Porzingis o Balvin. Hay margen de mejora.

El caso es que Unicaja pronto se vio en el marcador con un 11-0 que Byars rompió con la primera canasta hispalense cuando se llevaban disputados cuatro minutos del choque. Los de Joan Plaza hicieron pagar a sus rivales la floja defensa exterior con varios triples (4/8 en el primer cuarto) y sus errores propios (cinco pérdidas, 1/4 desde la personal y 0/4 en triples) para cerrar los primeros 10 minutos con un claro 23-11.

Nada cambió en el segundo acto. El Baloncesto Sevilla seguía con el punto de mira desviado desde la línea de tiros libres y la de 6,75 metros, un problema mayor cuando en ataque Thames era incapaz de hacer circular el balón con fluidez. Con Radicevic cambió algo el panorama. El serbio conectó mejor con los pívots y entre Hernangómez, Oriola y Balvin mantuvieron a los de Scott Roth con vida (33-26), aunque otro tirón costasoleño puso las cosas aún más cuesta arriba antes del descanso (40-29). Demasiados errores ante un rival de la entidad, el presupuesto y los nombres que tiene Unicaja.

A vuelta de los vestuarios, más de lo mismo. Markovic puso la máxima distancia hasta el momento (45-29), pero Berni, en el minuto 23, lograba el primer triple del duelo para su equipo que pareció espolear a los suyos. Vasileiadis, MVP del choque, intentó bajar los humos a los hispalenses, que se habían puesto a 10 puntos (53-43) y Granger devolvió la tranquilidad a su equipo con un triple (61-46).

Entonces Thames logró desde la personal sus primeros puntos en el encuentro (minuto 29) para iniciar un parcial demodelor: 0-17 con una gran intensidad defensiva que propició varias pérdidas (siete en este cuarto) y situaciones malas de tiro, pasando del 61-46 al 61-63 con una buena penetración de Radicevic. Era la primera ventaja sevillana en el partido.

El choque se mantuvo ya igualado y la última ventaja hispalense llegó de la mano de Balvin a 26 segundos del final (73-74). Vasileiadis puso a Unicaja por delante y Byars se llevó el ya mencionado tapón de Kuzminskas que liquidó un choque en el que se vio lo peor y lo mejor del Baloncesto Sevilla en 40 minutos.