Superados los parabienes y alegrías por la designación de Kristaps Porzingis como número cuatro del draft por los New York Knicks -y a la espera de cobrar los 850.000 euros que exige su cláusula de salida-, hay que regresar a la cruda realidad de un club que se encuentra en el limbo o al borde del precipicio, sin que quede claro aún si saldrá adelante o, desafortunadamente, será enterrado en este verano de 2015.

Desde luego, algún que otro asunto fue resuelto a las doce de la noche del martes al miércoles, en el tránsito del 30 de junio al 1 de julio. El primero de ellos es que Nikola Radicevic continuará en el seno del CB Sevilla durante las dos próximas temporadas o, al menos, eso indica su contrato, ya que el base serbio mantenía la vinculación con su club durante las últimas tres campañas en caso de que la entidad hispalense no informara al jugador y no ejecutara la cláusula de salida.

Con la que está cayendo en San Pablo, puede sonar absurda la información, pero es el único (no) movimiento del CB Sevilla en las últimas horas y significa que el club está vivo aunque no lo parezca. En cualquier caso, es una noticia positiva, del mismo modo que lo es que Jefferson Capital Funding tenga pie y medio fuera de la sociedad. Jeffrey Meythaler, ese hombre que prometió mucho y no trajo nada, quedará desligado completamente del CB Sevilla mañana, cuando delegue su voto -como ha hecho desde Navidades hasta final de campaña- en el presidente, Fernando Moral, en la junta extraordinaria de accionistas que se celebrará a las 13:00 en el club, donde uno de los puntos tratará sobre "la reducción del capital social de la compañía para la compensación de pérdidas mediante la disminución del valor nominal de todas las acciones" antes del "aumento, en su caso, del capital social mediante la emisión de nuevas acciones nominativas, del mismo valor nominal que las actuales, y con previsión expresa de suscripción incompleta".

A partir de ahí, si el agente estadounidense que se convirtió en máximo accionista del CB Sevilla no diera más guerra, el club quedaría en disposición de ser adquirido por el comprador que estime oportuno Caixabank, anterior propietario y que no quiere de ninguna manera recuperar las acciones y por eso negocia, a través de Moral, con varias empresas para que se hagan cargo del club siempre y cuando con el compromiso y los avales pertinentes para invertir dinero y no para que ocurra como con este fondo estadounidense sin fondos.

Dicen en el entorno del club que la solución está próxima al tiempo que comentan a que el banco ha ampliado el plazo para que llegue un comprador hasta finales de este mes, pese a que la inscripción en la ACB hay que ejecutarla el 14 de julio como tope.

En este batiburrillo caótico con escasa información acerca del porvenir cajista, sí está claro que José Luis Galilea, director general y deportivo del club, y su mano derecha y responsable de Marketing, Paco Viudes, estuvieron también ayer en las oficinas, supuestamente planificando la próxima temporada, aunque los dos tienen un pie y medio fuera de la entidad. Eso sí, a Galilea le quedan dos años firmados y Viudes tiene un contrato indefinido.