La contrarreloj, hacia la salvación o hacia la perdición, sigue su curso y no hay ninguna información oficial al respecto sobre el futuro del CB Sevilla cuando quedan horas para que expire la opción de recompra de que dispone Caixabank para recuperar las acciones, operación que puede ejecutar hasta las 23:59 de mañana miércoles, no de hoy, como publicó por error este periódico la pasada semana.

En cualquier caso, la incertidumbre es tremenda ante tal panorama. El banco ha tutelado y tutela el club durante la etapa negra de Jeffrey Meythaler -quien continúa siendo el accionista mayoritario hoy a la espera de que alguien adquiera su paquete accionarial- y estos días negocia con dos grupos interesados en adquirir la propiedad y definitivamente salir del proyecto, movimiento que ya intentó el pasado verano pero el asunto salió no mal, horroroso.

Ya están explicadas las alternativas que hay a partir de la medianoche del miércoles al jueves: la entidad puede quedarse en manos de Meythaler y verse abocada a la liquidación, ser comprada por algunos de los postores o incluso acordar con el agente estadounidense una ampliación de tiempo para proseguir con las negociaciones.

La coyuntura, a estas alturas y con la soga al cuello, no es nada halagüeña y sin embargo, en un club repleto de contradicciones desde que poco antes del verano pasado aterrizada Jefferson Capital Funding en nuestra ciudad, hay algún motivo para la esperanza. ¿Por qué? Resulta que nadie sabe oficialmente si el CB Sevilla estará vivo dentro de dos días o de un par de semanas, pero en cambio sí consta que el presidente, Fernando Moral, ha tenido contacto con algunos agentes -curioso que no haya sido el director general y deportivo, José Luis Galilea, aún en nómina- sobre la posibilidad de fichar o de renovar con vistas al curso venidero. Por tanto, eso conduce a pensar que el club estará entre los 18 equipos en la próxima ACB.

También, aunque esta vía parezca menos verosímil por el deseo de Caixabank de desligarse por completo, existe la posibilidad de que el banco recupere las acciones, aporte el 1.300.000 euros prometido al inversor que comprara el club, Moral se mantenga como presidente, y salir con un presupuesto muy bajo, contando con lo 850.000 euros que ha dejado Porzingis en caja.

Otra de las contradicciones del descabezado club está relacionada con Norris, a quien le sigue pagando el CB Sevilla mientras hace campaña de apoyo a Laporta para la presidencia del Barça.