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Cine

Un cine entre murmullos

  • La colección 'Young American Filmmakers' presenta seis títulos del movimiento 'Mumblecore', penúltimo fenómeno del cine independiente norteamericano

Young American Filmmakers. Vol. 1: Joe Swanberg ('Hannah takes the stairs') - Hnos. Duplass ('Baghead'); Vol. 2: Aaron Katz ('Dance Party, USA', 'Quiet city'); Vol. 3: Hnos. Zeller ('Goliath') - Chad Hartigan ('Luke & Brie are on...) CineBinario / Cameo. 18',95 euros c/u.

Las primeras películas del movimiento Mumblecore, bautizado así por un ingeniero de sonido por el tono 'murmurante' de los diálogos de sus películas, también conocido como Neorrealismo Myspace, Generación DIY, New-Talkies o Slackavetes (nacido de la suma de Slackers, el inspirador filme de Richard Linklater, y John Cassavetes, padre del cine independiente norteamericano y referencia inevitable del grupo), llegan a España en DVD cuando bien podría hablarse ya de la desintegración, el ocaso o la desaparición del fenómeno.

A mediados de la década pasada, justo cuando el cine independiente norteamericano formaba ya parte del paisaje habitual de la política de los grandes estudios y buena parte de su impulso y radicalidad iniciales habían quedado diluidos en clichés políticamente correctos al gusto de Sundance, un grupo de jóvenes cineastas en la veintena dispersos por el mapa de EE.UU., Andrew Bujalski, Joe Swanberg, tres parejas de hermanos, los Duplass, los Safdie y los Zellner, Alex Holdridge, Aaron Katz, Barry Jenkins, Lynn Shelton, Kentucker Audley, Dia Sokol, Barry Jenkins o Chad Hartigan, dirigían sus primeros largos pertrechados de sus pequeñas cámaras digitales, con presupuestos irrisorios, en rodajes rápidos, con actores no profesionales o amigos voluntariosos (incluyendo a sus propias musas como Greta Gerwig), con la intención de tomarle el pulso a las inquietudes emocionales y vitales de su generación, criada entre canciones pop en la era de Internet y los teléfonos móviles, aunque extrañamente vinculada a la modernidad a través de los gustos cinéfilos (nouvelle vague mediante) y culturales.

Auspiciada por festivales alternativos como el SXSW de Austin, Texas, la generación Mumblecore vio crecer su fama marginal gracias a sus propias redes de difusión y colaboración mutua y al apoyo de ciertos sectores de la prensa que quisieron apuntarse el tanto del descubrimiento de la poesía urbana escondida bajo ese naturalismo de nuevo cuño, protagonizado por chicos y chicas de clase media, enamoradizos y melancólicos con la costumbre de hablar largo y tendido en habitaciones de pisos de alquiler o en fiestas privadas.

Ése podría ser el retrato robot de un cine del tranche de vie cuya frescura improvisatoria, desenfadada y juvenil muestra ciertos síntomas de caducidad por agotamiento y sobreexplotación (véanse los casos de Swanberg, Katz o Hartigan, cuyas Hannah takes the stairs, Quiet city y Luke & Brie are ona first date se parecen quizás demasiado en su esquema de encuentro azaroso desarrollado en un corto periodo de tiempo) o por falta de sustancia más allá de una vistosa superficie low fi que conectaba con el aire de los tiempos o hacía pensar en una posible democratización de la creación cinematográfica para las nuevas generaciones.

De los seis títulos que ahora se editan, sobresale especialmente Baghead, de los hermanos Jay y Mark Duplass, un inteligente y asendereado ejercicio paródico del cine de terror adolescente que atesora altas dosis de cinefilia bien asimilada y un fino sentido del humor que han facilitado a la pareja una rápida y exitosa incorporación al mainstream (Cyrus).

Fuera de esta colección, aunque también editada en España (Versus), Humpday, de Lynn Shelton, es otra muestra de la profesionalización del modelo con buenos resultados. La historia del reencuentro de dos amigos y la puesta en crisis de la vida de uno de ellos propone una interesante vía intermedia entre el rigor esencialista de una Kelly Reichardt (Old joy) y la deriva más estimulante de la nueva comedia posthumorística.

Ahora queda esperar que los dos próximos y anunciados volúmenes de la colección YAF incluyan los títulos de los que, a nuestro juicio, son los cineastas más singulares y destacados del movimiento, el pionero Andrew Bujalski (Funny ha ha, Beeswax) y los hermanos Ben y Joshua Safdie (The pleasure of being robbed, Go get some Rosemary).

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