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A píe de calle con... Antonio Gutiérrez de la Peña

La hermandad en la distancia

  • El ex hermano mayor de los Estudiantes ultima un libro con la historia de la corporación que se presentará este año.

NOVENTA años de historia en el mundo de las cofradías da para mucho, y bien que lo sabe Antonio Gutiérrez de la Peña, hermano mayor de los Estudiantes entre los años 2000 y 2008, que está ultimando un libro con el devenir histórico de esta corporación que será presentado, casi con toda probabilidad, a final de este año. Aunque pudiera parecer que la historia de la Hermandad de los Estudiantes es corta, lo es en comparación con otras cofradías que arrastran siglos a sus espaldas, en estas décadas ha atravesado momentos buenos y malos y ha conseguido incardinarse de manera importante en una comunidad universitaria que hoy no se entendería sin la presencia del portentoso Cristo de la Buena Muerte. Todo ello queda reflejado en esta gran obra que ultima Gutiérrez de la Peña.

"Empecé con el libro hace más de un año. En la hermandad ya había algo escrito desde hace tiempo. Don Tomás de Aquino había ido haciendo una recopilación de los datos que había en las actas de la hermandad. Era como unos anales. Se quedó en el año 1967. Desde entonces hasta ahora ha habido intentos de retomar ese trabajo y en ello estoy". En la historia de la cofradía universitaria ha habido etapas críticas, en las que incluso estuvo a punto de desaparecer. Momentos en los que se produjo un importante cambio generacional que dio un gran impulso a la corporación, momentos de encuentros y desencuentros (los menos) con la universidad, o de hermanamiento con otras cofradías, como la Macarena, fruto de la estancia de la de San Gil en la Anunciación durante más de seis años.

Los primeros años de vida, tras la fundación en 1924, no resultaron nada fácil para la incipiente corporación radicada entonces en la calle Laraña: "Fueron muy difíciles puesto que nada más iniciarse la actividad de la hermandad se produce el advenimiento de la II República. La iglesia de la Anunciación se cerró y las imágenes estuvieron dentro durante cuatro o cinco años sin recibir culto. La hermandad realiza sus cultos ante dos cuadros con fotografías en el Salvador. Incluso se llegó a pensar en la disolución".

El traslado de la Universidad de Sevilla desde Laraña a su actual sede, en la antigua Fábrica de Tabacos, también fue otro momento de incertidumbre: "Son quince años los que la hermandad permanece en la Anunciación antes de seguir los pasos de la Universidad". Hubo otro momento muy doloroso pero que, a la postre, fue clave para la hermandad. Un punto de inflexión que supuso un cambio de ciclo y de mentalidad: "Cuando al Cristo se le cae la cabeza se produce un cambio generacional importante. Las personas que estaban entonces se apartaron y llega savia nueva, como Juan Moya Sanabria".

A la Hermandad de los Estudiantes siempre habrá que agradecerle que aportara al Crucificado de la Buena Muerte a la Semana Santa. La corporación se funda en torno a esta imagen de Juan de Mesa que permanecía en el más absoluto de los olvidos: "En el libro se cuentan las vicisitudes por las que pasa la imagen. El Cristo estaba en la Anunciación, en una sacristía y cubierto de polvo. Ha habido épocas en las que ha estado casi olvidado. En 1913, don Anselmo García pone todo su empeño en construir una capilla para darle culto al Cristo. Estaba entonces en un pasillo que comunicaba la Anunciación con la facultad. La capilla es hoy la casa de hermandad del Valle. Allí se funda la hermandad".

La Hermandad de los Estudiantes, como no podía ser de otro modo, tiene como uno de sus fines la evangelización de todas las personas que componen el ámbito universitario. La relación con la Universidad es buena y fluida. En algunos momentos ha tenido sus tensiones, aunque los desencuentros han sido los menos: "En los orígenes de la hermandad el rector era el hermano mayor. Eso es una muestra de la relación entre ambos. En época más reciente hay que decir que la hermandad es una de las pocas instituciones que tienen la medalla de oro de la Universidad". Como hermano desde que en 1969 inició sus estudios universitarios, y como responsable que fue de la hermandad entre 2000 y 2008, Gutiérrez de la Peña, asegura que el presente de la corporación dentro de la universidad es muy bueno: "La hermandad realiza una labor importante y muy desconocida para la mayoría. Cubre las necesidades de muchos estudiantes".

Antonio Gutiérrez de la Peña es general auditor del cuerpo jurídico militar. El consejo de ministros lo nombró el 11 de junio de 2010 presidente del Tribunal Militar Central, máximo cargo de la jurisdicción militar. Desde su destino madrileño sigue en la distancia la actualidad de las hermandades sevillanas, especialmente la de los Estudiantes. El Pregón Universitario lo pudo ver a través de internet: "Las cofradías desde Madrid se ven muy lejos, pero seguimos manteniendo el contacto. Se mantiene pero no hasta el punto que a uno le gustaría".

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