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Año jubilar para enmarcar

  • La Hermandad de la Macarena ha vivido un año de récord con miles de peregrinos. Tras el verano se acometerán las obras previstas en el templo.

Finalizaron los fastos macarenos y el balance que se hace desde la hermandad es más que positivo. El Año Jubilar también ha deparado unas cifras de récord, con decenas de miles de personas peregrinando hasta la basílica. Pero la actividad en la corporación no se detiene. Tras el necesario periodo de descanso y reflexión por todo lo vivido, llega la hora de pensar en las obras que hay que acometer en la basílica y la casa de hermandad. La intención es que no se demoren demasiado y puedan arrancar tras el verano. El hermano mayor, Manuel García, anda todavía exultante por lo vivido junto a la Virgen de la Esperanza. Todo ha salido a pedir de boca y se encuentra con fuerzas renovadas para continuar con el encargo, pese a que algunos vaticinaron que dimitiría cuando finalizaran los actos: "Gracias a Dios estoy aquí todavía y si la Virgen de la Esperanza y el Señor de la Sentencia me dan salud estaré todo el tiempo por el que me he comprometido. Ahora, si llega una enfermedad a lo mejor me tengo que retirar, o me voy al barrio de los callados. Pero desde luego, mientras me dé fuerzas, voy a seguir al frente de la hermandad".

Han sido casi mil las instituciones que han peregrinado a la basílica desbordando todas las previsiones. La culminación han sido los actos de las dos últimas semanas y la misa estacional en la Plaza de España. De todos los momentos, García tiene muy claro con el que se queda: "Todo ha sido fabuloso, pero yo, con lo que me quedo, además de con la misa, que ha sido preciosa, es con el besamanos en el Sagrario. Ver a esas criaturas tantas horas en la cola, únicamente para ver a la Virgen y besarle la mano ha sido impresionante. Una de las tres noches tuvimos que cerrar a la 1:30. Le tengo que dar las gracias a Adolfo Petit y a Luis Rueda, porque nos pusieron toda clase de facilidades. Para mí eso ha sido fabuloso".

El único pero que se puede poner es el retraso acumulado en la procesión de ida a la Catedral. El hermano mayor reconoce que estaba preocupado y tuvo que llamar a los responsables de la Catedral, pero achaca el retraso a la gran cantidad de público y a las dificultades que tuvo el paso para andar: "Nos cogió por sorpresa. No esperábamos tantísima gente. Hubo un momento en que era asfixiante. No podíamos andar. Eso hizo que nos retrasáramos. El tiempo que estuvimos en las iglesias fue el que estaba contemplado. Sí hubo un retraso grande en la calle Parras. Ahí no podíamos andar. El paso no podía moverse. Yo creo que perdimos por lo menos una hora. Yo estaba muy preocupado cuando vi que salimos de la Amargura con cerca de dos horas de retraso. Llamé a Luis Rueda y se lo dije. Me comentó que lo había estado viendo por televisión y que no nos preocupáramos. Ya me quedé más tranquilo. Gracias a Dios comprendieron lo que estaba pasando".

Ahora tocan unas semanas de descanso, pero tras el verano deben comenzar las obras de rehabilitación, tanto en la basílica como en la casa de hermandad. Lo primero será actualizar el proyecto presentado hace ya varios años: "Hay que estudiarlo por si está desfasado". La intención es que, pese a las actuaciones que habría que acometer, no se cierre la basílica, aunque habrá que compaginar los cultos con los trabajos a acometer. "La basílica tiene algunas grietas en el techo y hay que repararlas. Vamos a intentar encontrar alguna fórmula para proteger los altares del Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario. Lo hemos estudiado pero todavía no hemos encontrado una solución. Las pinturas también hay retocarlas. También queremos arreglar lo que nosotros llamamos la capilla chica, que es la antesala del camarín de la Virgen. Queremos poner algún aparato para que las personas impedidas puedan subir". Las obras en la casa de hermandad consistirán, principalmente, en acodicionarla y adaptarla: "No reúne las condiciones necesarias para trabajar. Se compró para el año 1992 deprisa y corriendo y no dejaron hacer nada. Lo primero es buscar una fórmula para instalar un ascensor. Hay mucho que hacer pero vamos a dejar que pase un poco de tiempo para digerir todo lo que hemos vivido".

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