Durante los próximos diez días, los cofrades más jóvenes tienen la oportunidad de rememorar momentos que forman parte de su concepción de la Semana Santa. Podrán oír la voz de Charo Padilla, periodista radiofónica de Canal Sur, que lleva un cuarto de siglo llevando a los hogares la salida de una hermandad que, en lugar de la Marcha Real, sale de su templo con los sones del Himno de Andalucía. Podrán ver la imagen de un joven arzobispo que recibió en el palquillo de La Campana a esos nazarenos que, todavía hoy, recorren muchos kilómetros para llegar al corazón de Sevilla. Todo eso es posible gracias a la muestra que ha organizado la Hermandad del Cerro para conmemorar el 25 aniversario de su primera estación de penitencia a la Catedral, el Martes Santo de 1989. La sede de la Fundación Cajasol, en la Plaza de San Francisco, es el lugar que alberga la exposición Sueño de un barrio hecho realidad, y donde los ciudadanos podrán hacer un recorrido por las alegrías y desventuras de la hermandad hasta el próximo 21 de septiembre, en horario de 11:00 a 21:00.

La inauguración, que fue a primera hora de la tarde de ayer, corrió a cargo de Pilar Lacasta, directora de Acción Cultural de la Fundación Cajasol, que dio paso al hermano mayor del Cerro. En su intervención, José de Anca agradeció a la entidad una colaboración que viene de 1988. También tuvo la palabra el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Carlos Bourrelier, que destacó la labor social y la "humildad" de la corporación del Martes Santo. En el mismo sentido se posicionó el alcalde, Juan Ignacio Zoido, que recordó una visita a las nueva casa de hermandad que El Cerro ha construido en su barrio. Al acto también acudieron el delegado de hermandades y cofradías, Marcelino Manzano; el delegado del Distrito Amate, Juan Miguel Luque; el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Juan Espadas; y el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla, Francisco Javier Fernández. Por la tarde, la exposición recibió la visita del cardenal Carlos Amigo Vallejo, que era arzobispo de Sevilla en 1989 y coronó canónicamente a la Virgen de los Dolores en 2002.