Sevilla

En recuerdo de una madre

  • Francisco Rivera ha decidido presentarse a hermano mayor de la Esperanza de Triana, "la faena más especial" de su vida y para la que contará con gente "joven y muy preparada".

Cuando su abuelo, Antonio Ordóñez, era hermano mayor de la Esperanza de Triana él apenas tenía un año. Son muy frágiles los recuerdos de aquella época. No así la herencia recibida. En cada etapa de la vida de Francisco Rivera Ordóñez la corporación de la calle Pureza ha estado presente. A sus Titulares se ha encomendado muchas tardes antes de hacer el paseíllo y ninguna Madrugada ha faltado a la cita con Ellos, ya sea bajo el antifaz o bajo los faldones del paso del Cristo de las Tres Caídas. Considera que ahora -a punto de cumplir 41 años- ha llegado el momento de dar el paso definitivo, de enfrentarse a la que puede ser la "faena más especial" de su vida. De ahí que haya decidido presentarse a hermano mayor en la Esperanza de Triana.

"Confieso que siempre me ha hecho ilusión ser hermano mayor de la Esperanza de Triana", admite Francisco Rivera, quien considera que "los de su generación" han estado hasta ahora en una segunda fila a la hora de gobernar la corporación. "Todas las hermandades pasan por un momento de cambio y nosotros podemos aportar aire nuevo", añade.

Rivera no ha permanecido al margen del devenir de su hermandad. A ella le unen los lazos de sangre. A su abuelo lo inscribió un amigo y con el tiempo ostentó el cargo de hermano mayor. La devoción germinó y llegó a su madre, su tía y su padre. Él recibió también este legado. Al vínculo familiar se suma el apego de todos estos años. Excepto una Madrugada que no participó en la estación de penitencia al lesionarse, siempre ha estado presente en su cofradía. En los últimos once años lo hace de costalero, un deseo que no pudo cumplir su padre, Paquirri, al que las heridas de las cornadas se lo impidieron. También sabe lo que es formar parte de una junta de gobierno, pues ocupó el cargo de consiliario primero durante el mandato de Ramón Léon.

Cuando se le pregunta por los proyectos en caso de lograr la vara dorada -por ahora no se ha presentado ninguna otra candidatura-, Rivera repite constantemente la palabra "caridad" y "buscar la base", es decir, "hacer partícipe a la hermandad de todo cuanto acontezca en ella". Este candidato a hermano mayor es consciente de que la calle Pureza ha pasado por unos años en los que la unión deseada se ha visto fracturada, especialmente después de las últimas elecciones de 2012, cuando se presentaron tres candidaturas. De ahí su empeño en "zanjar heridas".

Tampoco se le pasa por alto la gran "losa" financiera que pesa sobre la hermandad tras las obras de mejora acometidas en la Capilla de los Marineros. Ante el reciente anuncio de un museo con acceso por la calle Betis, Rivera reconoce que la iniciativa le "encanta", aunque antes hay que saber "cómo se va pagar ese proyecto". "Se ha de estudiar qué podemos hacer para recaudar dinero y afrontar esa deuda, pero sin perder de vista uno de nuestros fines primordiales: la caridad".

Estos meses anda perfilando la junta que lo acompañará el próximo trienio. Ha apostado por un perfil de "jóvenes, pero sobradamente preparados". Como teniente de hermano mayor le acompañará otro hermano de la Esperanza de Triana "desde la cuna": Eduardo Faus. También tiene en mente uno de los retos que, más tarde o temprano, habrán de acometer las hermandades: la necesidad de "profesionalizar" ciertas áreas como la de mayordomía. "Al frente estará un miembro de la corporacion, pero en su grupo de trabajo se encontrarán personas expertas en economía, sean o no hermanas".

En cuanto al tiempo que le dedicará al cargo de hermano mayor, Rivera es contundente en la respuesta: "Me hace mucha ilusión dedicarle a la Esperanza de Triana el tiempo necesario y mucho más". En relación a su regreso a los ruedos, afirma que volverá en 2015 por sus veinte años de alternativa, aunque toreará en verano, en una época en la que prácticamente no hay actividad en la hermandad. "Acabaré la temporada a mediados de septiembre, cuando empieza el curso cofrade".

Asegura que, de ser hermano mayor, se meterá "en todos los charcos". "Por supuesto que se me verá en San Gregorio, con el Consejo. Es mi obligación y la cumpliré con mucho gusto". No en vano, renonoce que, después de lidiar tantos toros, la "faena" de hermano mayor será "la más especial, pues se hace desde el corazón". "Ninguno de los que formaremos la junta necesitamos estar en ella. Lo hacemos por amor a la hermandad", añade este hijo y nieto de toreros, que tiene muy claro quién le vendrá a la mente cuando tome la vara dorada. "El primer recuerdo será para mi madre".

Francisco Rivera Ordóñez, candidato a hermano mayor.

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