EL 10 de diciembre de 1994, Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, coronó canónicamente a Nuestra Señora de la Encarnación, titular de la Hermandad de San Benito. Era hermano mayor Luis Arjona y director espiritual el sacerdote José Salgado González. En la misma placa vienen los nombres de los quince miembros de la junta de gobierno de la hermandad. En 1994 era ministro de Trabajo José Antonio Griñán; dos años después lo sería Javier Arenas. En 2012 serían rivales en las elecciones andaluzas. El predecesor de Griñán en la Junta, Manuel Chaves, también fue ministro de Trabajo, una cartera que años antes ocupó el protagonista de esta historia.

Ninguna placa deja constancia de que el 3 de abril de 1971 visitó la iglesia de San Benito Licinio de la Fuente, ministro de Trabajo desde octubre de 1969, el año que el hombre llegó a la Luna y Franco le comunicó al príncipe Juan Carlos la línea sucesoria. "La placa la quitaron en la última reforma de la casa-hermandad", dice el sacristán de San Benito, que oyó hablar de esa visita. "En Andalucía a ese hombre le decían el bizco. Franco lo quitó de ministro cuando pidió un aumento de salarios para los obreros".

Llegó en avión de Iberia al aeropuerto de San Pablo acompañado del subsecretario de su Ministerio, el ex gobernador civil de Sevila José Utrera Molina, y el director general de Seguridad Social, Enrique de la Mata Gorostizaga. Los dos llegarían a ministros. Utrera Molina y Licinio de la Fuente tienen un nexo cofrade: los dos pronunciaron el pregón de la Semana Santa de Málaga. Utrera, en 1957; Licinio, en 1973, el mismo año que lo dio en Sevilla el catedrático de Derecho Administrativo José Ortiz Díaz.

El año que Licinio de la Fuente (Noez, Toledo, 1923-Madrid, 26 de febrero de 2015) fue nombrado ministro de Trabajo, en una crisis de gobierno salpicada por la estafa de Matesa, fue una fecha importante para la Hermandad de San Benito. Datos que han aparecido en la brillantísima exposición de enseres de la cofradía que han podido verse en el Círculo Mercantil. En 1969, Francisco Buiza realizó los cuatro Evangelistas y recibió de manos precisamente de Utrera Molina, entonces gobernador civil, el título de cofrade de honor, que también recibió Antonio Martín Fernández, autor del templete de honor de Poncio Pilatos.

En su visita a Sevilla, Licinio de la Fuente visitó la Macarena, el Gran Poder y la Hiniesta, pero fue San Benito la que mereció su mayor atención: se cumplían cincuenta años de la reorganización de la cofradía y el ministro de Trabajo le hizo entrega del título de miembro de honor de la Hermandad de Donantes de Sangre. "Hemos pasado de las papeletas de pan a la donación de sangre. Y tiodavía hay quien tacha a las cofradías de inmovilistas", decía un cronista. La iglesia de San Benito Abad, patrono de Europa y de Castilblanco, fue erigida como templo parroquial por el cardenal Bueno Monreal en 1956, el año que Licinio de la Fuente fue nombrado gobernador civil de Cáceres. Etapa que repasa en su libro de memorias Valió la pena.

Cofrade en Sevilla, pregonero en Málaga, el ministro de Trabajo tuvo algún encontronazo con la Iglesia. En Cáceres, donde aprovechó la ayuda americana para electrificar las Hurdes, tenían jurisdicción seis obispos: Coria, Plasencia, Ciudad Rodrigo, Ávila, Badajoz y el arzobispo primado de Toledo. El mismo día que Franco le comunica el nombramiento de ministro, su primo Rafael Torija de la Fuente, nacido en su mismo pueblo, es nombrado obispo auxiliar por el nuncio. Un ministro y un obispo, con la particularidad de que el Gobierno de Franco vetó el nombramiento del primo para la diócesis de Santander por haber sido consiliario nacional de las Juventudes Obreras de Acción Católica.

Juan Fernández Rodríguez-García del Busto era alcalde de Sevilla cuando Licinio de la Fuente visitó Sevilla y fue obsequiado por la Hermandad de San Benito. Era hermano mayor Manuel Ponce Jiménez y párroco de San Benito Sánchez Barahona.

Abogado en Ciudad Real, gobernador de Cáceres, su relación con Andalucía se estrechó cuando es director general del Servicio Nacional del Trigo. Antes de cada cosecha, empezaba la ruta por Jerez, Sevilla y la campiña cordobesa. Entre sus colaboradores en el Ministerio, como director general de Trabajo, tuvo a Rafael Martínez Emperador, magistrado al que asesinó la ETA, tío de Griñán, ministro de Trabajo cuando Amigo Vallejo coronó a la Virgen de San Benito.