Cofradias

Seis fallecidos figuran al frente de sus hermandades en el registro del Estado

  • Sólo el 45% de las hermandades de penitencia de Sevilla tienen actualizados sus datos. Ocho corporaciones no constan como inscritas en el Ministerio de Justicia.

Seis hermanos mayores ya fallecidos aparecen como representantes legales de sus hermandades en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia. Aunque la mayoría de hermandades de penitencia de Sevilla están anotadas en este registro, que es indispensable para que la corporación adquiera personalidad jurídica y, entre otras acciones, puedan acogerse a la Ley 49/2002 de Régimen Fiscal de entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al Mecenazgo, una parte muy importante de ellas no cuentan con sus datos actualizados, empezando por el propio Consejo de Hermandades y Cofradías, cuya fecha de inscripción se remonta a julio de 2006. La reforma del Registro de Entidades Religiosas, publicada por Real Decreto en el BOE del pasado 1 de agosto, ampliará la información existente sobre estas asociaciones, además de obligarlas a mantener actualizados todos sus datos, algo que no sucede en la mayoría de los casos.

Los recordados Emilio Delgado, Vicente Camacho García, Luis Arjona Major, Luis Rodríguez-Caso Dosal, José María O'Kean Blanco y Rafael Riera Juan siguen figurando al frente de sus hermandades de la Misión, las Aguas, San Benito, la Quinta Angustia, el Valle y la Soledad de San Lorenzo, pese a que en algún caso lleva más de una década fallecido. En el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia se les sigue identificando como representantes legales de sus hermandades, un hecho que pone de manifiesto la falta de actualización de los datos una vez que las hermandades se inscriben.

De las 69 hermandades de penitencia que existen en la ciudad de Sevilla hay ocho que todavía no figuran en el registro del Estado. Cinco de las llamadas de vísperas: Dulce Nombre de Bellavista, Jesús de Nazaret (Pino Montano), la Corona, Divino Perdón (Parque Alcosa) y San José Obrero. Tampoco figuran en el listado público que se puede consultar en la página web del Ministerio de Justicia la del Beso de Judas, las Siete Palabras y el Santo Entierro.

Tan sólo el 45% de las hermandades de penitencia sevillana cuentan con los datos actualizados en el Registro de Entidades Religiosas del Estado. La primera entidad que no está inscrita correctamente es el propio Consejo de Hermandades y Cofradías. Su anotación se remonta al 20 de julio de 2006, cuando el presidente era Manuel Román Silva, quien sigue apareciendo como su representante legal, cuando ya ha tenido dos continuadores en el cargo. Uno de ellos, Adolfo Arenas Castillo, aparece como representante de la Hermandad de la Hiniesta, apuntada el 30 de julio de 2004, siendo él hermano mayor, cargo que dejó en 2008.

Hay hermanos mayores que concluyeron sus mandatos hace varios lustros pero que siguen identificados como representantes de sus cofradías. Además del caso de la Hiniesta con Adolfo Arenas, se pueden destacar por los años que hace que cesaron en el cargo a Pablo Gálvez Rey, en la Cena; a Rafael Medina, en la Estrella; a José Jesús Márquez, en los Javieres; Julián López, en San Esteban; Jesús Rodríguez Gálvez, en el Dulce Nombre; Manuel Rojas, en la Sed; Sebastián Barrera, en el Buen Fin, Pablo Bueno, en la Lanzada; Francisco Periñán, en los Panaderos; Francisco Comas, en la Exaltación; José Luis del Estad, en Montesión; Joaquín Delgado Roig, en el Silencio; Juan Carlos Heras, en el Calvario; Antonio Mas, en la O; Feliciano Fernández, en Montserrat; Eusebio Álvarez-Ossorio, en el Sol; Antonio Dubé, en los Servitas; o José Antonio Muñoz Aroca, en la Trinidad.

Los expertos consultados por este periódico aseguraron que la mayoría de las hermandades suelen actualizar el nombre de su representante legal cuando tienen la necesidad, bien sea para solicitar la devolución de IVA de una obra o para acogerse a la Ley 49/2002, entre otros motivos, y se le requiere desde el organismo competente. Las hermandades que sí están inscritas de manera correcta son: Pasión y Muerte, la Paz, San Roque, el Amor, el Polígono de San Pablo, Santa Marta, San Gonzalo, la Vera Cruz, las Penas de San Vicente, el Cerro del Águila, el Carmen Doloroso, San Bernardo, el Baratillo, los Negritos, las Cigarreras, el Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana, los Gitanos, la Carretería, el Cachorro y la Resurrección. Muchas de estas hermandades, pese a estar inscritas desde hace bastantes años, han ido actualizando el nombre de su representante, como es el caso de la Hermandad del Cachorro, que lo hace cada vez que un nuevo hermano mayor accede al cargo.

Las últimas hermandades que han formalizado su inscripción en el Registro de Entidades Religiosas han sido la Paz, el 13 de abril de 2010; las Aguas, el 25 de marzo de 2011; las Penas de San Vicente, el 1 de abril de 2013; Pasión y Muerte, el 16 de diciembre de 2013; y el Carmen Doloroso, anotada en mayo de este mismo año.

En los últimos 15 años han sido muchas las hermandades que se han inscrito en este registro público del Ministerio de Justicia. En el año 2000, eran 25 corporaciones las que no figuraban en el listado. La inscripción en este registro es indispensable para circular en el denominado tráfico jurídico. Es necesario para comprar o arrendar un inmueble, para personarse en un juicio como parte, beneficiarse de beneficios fiscales y deducciones de impuestos.

La reforma publicada en el BOE del pasado 1 de agosto fija unos criterios obligatorios de actualización de la información para verificar que las hermandades funcionan y para tener al día los nombres de los hermanos mayores y de los sacerdotes. La modificación de los datos de las juntas de gobierno deberá comunicarse al Registro antes de los tres meses siguientes desde que se haya producido. Incluso se requiere la firma del hermano mayor saliente y el entrante, aunque existe la posibilidad de que la inscripción la lleve a cabo el nuevo dirigente en solitario. Otra cuestión novedosa es que la modificación de los datos del nuevo hermano mayor deberá hacerse mediante documento público, por lo que habrá que pasar por la notaría cada vez que haya una renovación. También se deberá presentar cada dos años una "declaración de funcionamiento" para acreditar que la hermandad mantiene su actividad.

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