Un visión singular. La Virgen de la Esperanza luce desde ayer bajo la primitiva hornacina que Juan Pérez Calvo diseñó para su camarín. El equipo de priostía de la hermandad procedió en la madrugada del martes a desmontar la embocadura y la bambalina de plata del camarín para su limpieza, restauración y consolidación, y procedió a instalar esta pieza que se encontraba dispersa por la basílica. Este proyecto, que la hermandad ha denominado La puerta del cielo, devolverá su primitivo esplendor a la obra cumbre del recordado Fernando Marmolejo Camargo.

El equipo de priostía de la hermandad, comandado por Fernando Marmolejo Hernández y Jerónimo Núñez y compuesto por más de quince especialistas en la conservación y restauración de bienes patrimoniales, extrajo placa a placa, todos los ornamentos que fueron labrados y cincelados por Marmolejo Camargo para su posterior catalogación por parte de un grupo de historiadores del arte pertenecientes a la Universidad de Sevilla, quienes dirigieron las tareas de protección y embalaje. Una vez quitada la embocadura exterior del camarín, se procedió a instalar la primitiva hornacina de Juan Pérez Calvo, dominada por un gran frontón tallado con elementos florales que han recuperado su esplendor primitivo. Durante esta semana, se irá rematando la talla de nuevas molduras para completar los fragmentos de los desaparecidos entablamentos y cornisas.

Mientras dure la restauración de la embocadura de plata, que se extenderá hasta mediados de diciembre, todas las personas que acudan a la basílica podrán contemplar el retablo diseñado por Pérez Calvo y realizado por Fernández del Toro, Ortega Brú y Antonio Sánchez, tal y como fue concebido en su día, una pieza única en la historia contemporánea de la retablística sevillana que se encontraba dividido y disperso por las dependencias basilicales, los altares laterales y el coro. Los elementos tectónicos como estípites, cimacios, columnas y entablamentos, se han recuperado, devolviéndoles su estado original, ya que muchos de ellos habían sido mutilados o desvirtuados con falsos añadidos.

Una vez concluidas las tareas de restauración sobre la embocadura exterior de plata, se volverán a integrar los elementos de platería en su lugar de origen, pasando la hornacina de Pérez Calvo a transformarse en una pieza de museo que se podrá ver con todo lujo de detalles en las estancias expositivas de la hermandad.