El cabildo general de la Hermandad de los Estudiantes aprobó este jueves que el Cristo de la Buena Muerte, una obra de Juan de Mesa, sea sometido a unas tareas de conservación y mantenimiento. El hermano mayor, Antonio Piñero, explicó a este periódico que en ningún caso se puede hablar de "intervención" y que se trata simplemente de ejercer un control rutinario sobre el crucificado que fue restaurado por última vez en 1994 en Madrid.

Este "control" sobre el Cristo se podría llevar a cabo en el mes de diciembre y no duraría más de 15 días. El profesor Arquillo, que sería el responsable, estuvo observando la talla este verano cuando las imágenes estuvieron en la casa de hermandad por las obras en la capilla de la Universidad.