De la reja del atrio a la Capilla Chica pasando por la casa de hermandad. La Hermandad de la Macarena acometerá durante un año unas importantes y necesarias obras de rehabilitación y restauración. Se actuará con varios objetivos básicos: subsanar los problemas detectados en la basílica, que son mucho menores de los que se pensaba en un principio, eliminar barreras arquitectónicas; y armonizar las estancias de la casa de hermandad para igualar alturas y redistribuir espacios. Estas obras no afectarán al culto diario en la basílica, que permanecerá abierta durante todo el tiempo que duren las obras. Ya ha empezado la restauración de las pinturas murales y antes de Semana Santa también se quiere instalar el ascensor en el acceso al camarín de la Virgen. Para después de la Semana Santa quedará el grueso de los trabajos. El coste aproximado de las obras será de un millón de euros, una cantidad que se afrontará con la subvención otorgada por el Gobierno en el año 2004.

Hace unos días que empezaron los primeros trabajos en el interior de la basílica. Carlos Peñuelas Jordán, restaurador y conservador de obras de arte, está actuando sobre las pinturas al fresco que decoran la basílica, que fueron realizadas por Rafael Rodríguez. La intervención consiste en recuperar los valores estéticos que en su origen poseían dichas pinturas, y que actualmente se encuentran devaluados a causa de factores de diversa naturaleza, como la humedad y temperatura, la acumulación del polvo y hollín, la acción del agua que se filtra por capilaridad, o el propio paso del tiempo.

Para la restauración se están empleando un andamio móvil y una máquina elevadora para perturbar lo menos posible el culto. Los trabajos consisten en una limpieza superficial, la fijación del estrato pictórico, la consolidación del soporte mural para conseguir la unidad al mismo, la limpieza de la película pictórica y la eliminación del barniz oxidado, la reintegración de las lagunas existentes en la preparación mural, la reintegración de las lagunas existentes en la película pictórica con un criterio diferenciador a corta distancia y la aplicación de una capa final de protección.

El proyecto de obras de la Macarena, realizado por el Estudio de Arquitectura ARQ27 S.L. comprende una actuación integral que comienza por el propio acceso al recinto de la hermandad. La vetusta reja del atrio, muy dañada, se cambiará por una nueva que contará con un diseño más adecuado y puertas correderas, en lugar de las actuales abatibles. "El diseño irá más en consonancia con el resto de los elementos. Esta reja se trajo de los almacenes municipales. Se dice que estaba en el Parque de María Luisa, por lo que cuando se puso aquí ya presentaba problemas", explica Santiago Álvarez Ortega, teniente de hermano mayor y persona que coordina las obras por parte de la junta de gobierno.

En el atrio se van a hacer otras actuaciones. Se cambiará toda la solería, muy resbaladiza y hecha con los retales del mármol que sobró del interior, por una nueva, hecha ex profeso, pero manteniendo el mismo dibujo. "Será igual pero antideslizante. Por aquí pasaba el antiguo colector de la época romana y cuando el nivel freático sube parece que ha llovido. Hay mucha humedad". En esta zona, además, se va a reforzar el balcón de la casa de hermandad que mira al atrio y se va a hacer un banco corrido pegado a la verja donde antes había un arriate. También se eliminarán las barreras existentes y se pintará toda la fachada.

El grueso de las obras se realizarán entre las dos próximas Semanas Santas. Las pruebas que se han llevado a cabo han determinado que no hay que actuar sobre los cimientos, algo que hubiera sido muy costoso. La última vez que se inyectó hormigón en el subsuelo fue con González Reina de hermano mayor. Sí hay algunas grietas que hay que cerrar en el exterior. Un solar de la calle Escoberos que linda con la basílica es el causante de estos daños. Por la medianera entra agua que es la que provoca las grietas que son visibles en el interior del templo. "Hay que graparlo y unir las medianeras por arriba".

La hermandad también contempla otros trabajos en el interior de la basílica. Hace pocos días se firmó un contrato para renovar todas las luminarias existentes por unas nuevas de tecnología LED. Las sustituciones empezarán en breve. Se repasará la solería de mármol, se hará un nuevo altar para Santa Ángela y Santa María de la Purísima y se completará el retablo de la Hispanidad con las diez patronas sudamericanas que faltan, según un proyecto de Fernando Aguado. Igualmente, se instalará un nuevo órgano, mucho más acorde para las celebraciones que el que actualmente existe.

El acceso al camarín de la Virgen, conocida por los macarenos como la Capilla Chica, también será objeto de una remodelación. "Nunca ha estado rematada, por ser lo último que se hizo. Tenemos varias ideas para adecentarla, pero todavía no está claro qué se hará". Se instalará un ascensor que mediante una pasarela permitirá el acceso de personas con movilidad reducida al camarín, una actuación en la que colabora la Fundación Cajasol. El próximo mes estará terminada la restauración de la embocadura de plata del camarín, que se enmarca en el proyecto La Puerta del Cielo. Durante los días de besamanos, se aprovechará para valorar lo que haya que hacer en el interior del camarín.

La casa de hermandad sufrirá una completa transformación: "Es necesario ganar espacios porque aquí siempre hay reuniones de diversos grupos y no hay sitio". En la planta baja se van a igualar las alturas -las dependencias están compuestas por dos inmuebles que provocan estas alteraciones-. Se va a instalar una montera en el patio, posibilitando que se pueda unir al salón de reuniones mediante unas puertas correderas para ganar metros. En el patio se abrirá una puerta que conectará con la escalera noble que será a partir de ahora la que distribuirá el inmueble. "Será la única escalera que se quede. La que se utiliza ahora se sustituirá por un ascensor".

Por este elevador se accederá directamente a la zona de administración y atención a los hermanos de la primera planta, que unificará en este lugar los despachos de secretaría y mayordomía. Las estancias nobles (despacho del hermano mayor y sala de juntas), se trasladarán al otro extremo, donde ahora está la administración, con vistas a la calle Bécquer. En la segunda planta se unirán las dos casas para igualar las alturas. El archivo contará con muchos más metros y se le añadirá una sala de digitalización y estudio. Se mantendrá el cuarto de los armaos, el vestuario del personal y se obtendrán dos nuevas salas multiusos, muy necesarias para el día a día de la corporación. Por último, se le ganará espacio a la azotea, ahora repleta de máquinas de aire acondicionado, para que pueda servir como lugar de encuentro para los hermanos o para organizar distintas actividades. Todas las carpinterías e instalaciones se renovarán.