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Aires de Domingo de Ramos en el Porvenir

  • La Virgen de la Paz fue trasladada a la Catedral a la espera de su Coronación. La salida fue muy cómoda de ver a pesar de los 40º en los termómetros del Prado.

El Porvenir se vistió ayer con sus mejores galas, tal y como si fuese Domingo de Ramos. El ambiente que se respiraba los días previos y que se podía vivir a la salida del palio así lo decía, pero lo cierto es que había signos que hacían despertar del sueño de estar viviendo el comienzo de una nueva Semana Santa.

El público congregado en la parroquia de San Sebastián no abarrotaba las calles aledañas. Las altas temperaturas registradas en el termómetro del Prado, con cuarenta grados, no ayudaban. Tampoco los árboles del jardín de la parroquía emanaban ese olor tan característico de los Domingos de Ramos. También la indumentaria que vestían muchos de los que estaban acompañando a la Virgen llamaban la atención y decían que ayer no fue Domingo de Ramos. Incluso la luz que le entraba al palio era distinta a la de esos días en la que los niños juegan por intentar ser el primero en ver a un nazareno. Tampoco había un mar de túnicas blancas. A pesar de todo eso, el júbilo con el que las personas recibieron a la Virgen sí era típico de esos días.

Lo que se vivió en el barrio fueron los prolegómenos de la fiesta que se celebrará el próximo sábado cuando la Virgen de la Paz vuelva coronada. Pero ayer no sólo disfrutaron los vecinos y los hermanos de la corporación. También lo hicieron los de Molviedro, los Terceros, San Julián o el Salvador entre otros, que no pueden disfrutar de ver el paso triunfal por el Parque de María Luisa que todos los Domingos de Ramos regala la Hermandad de la Paz. Cierto es que no se registraron las bullas típicas del día grande en el parque. Cuando llegó a la Plaza de España fue cuando se encontró más arropada pero sin excesos.

Curiosa fue la estampa registrada en dicho lugar. A las 20:00 se transmitió la ópera Otello. Los técnicos se afanaban en tenerlo todo perfecto para que al llegar la hora no hubiese ningún fallo. Por ello, horas antes empezaron con las pruebas de sonido. Cuando la Virgen estaba accediendo al recinto a los sones de Virgen de la Paz, el sonido de la ópera se mezcló durante unos instantes. Más de uno pensó que le estaban cantando una saeta por la megafonía.

Muchos fueron los que disfrutaron de la jornada. Uno de los que más lo pudo hacer fue Ernesto Sanguino, que se estrenaba al frente del martillo del palio.

Otra de las personas que esperaban este día era Angelita Moya, camarera de honor de la Virgen de la Paz y la hermana número 1 de la corporación. Angelita es una de las mujeres que está viviendo con más intensidad estos días, ya que ha sido una de las promotoras de la Coronación. Las personas que la conocen saben que uno de sus deseos era ver a la Virgen coronada. El próximo sábado verá cumplido su sueño y el de toda una hermandad.

Lo de ayer fue el prólogo de la fiesta grande que se vivirá el próximo sábado cuando la Virgen regrese triunfante y coronada a su barrio. Muchos sevillanos volverán a soñar otra vez con que es Domingo de Ramos, aunque los naranjos seguirán sin florecer y la ausencia de ese olor los despertará de nuevo.

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