"Lo hice porque soy Jesucristo". Ésta es la delirante explicación que el funcionario de prisiones Luis Carbajo Ordóñez ofreció ayer a los periodistas que le esperaban a su salida del juzgado de Guardia, donde prestó declaración por la agresión al Señor del Gran Poder, al que arrancó un brazo la tarde del pasado domingo.

Antes de su salida de los juzgados, el agresor ofreció la misma versión de los hechos en su declaración ante la juez de Instrucción número 10, Pilar Ordóñez, ante la que se autoproclamó como el "representante del espíritu de Jesús" en la tierra. Cuando se le pregunta por qué agredió al Señor del Gran Poder, su respuesta vuelve a mostrar unos supuestos rasgos paranoides: "Jesús no necesita ninguna representación en madera muerta".

En cualquier caso, la intención aparente del imputado no era la de mutilar la imagen, sino "derribarla" del pedestal de mármol que acoge al Gran Poder en su basílica de San Lorenzo. Eso es lo que, al menos, se desprende del vídeo con las imágenes de seguridad de la basílica y que la juez visionó en presencia del joven imputado, del representante de la Fiscalía y del abogado de oficio que le asistió en su declaración.

El agresor es consciente, así lo reconoció a la juez, del valor histórico de la imagen que dañó con su acción del pasado domingo, ya que incluso confesó que es aficionado a la imaginería.

Al término de la declaración, que se prolongó por espacio de una media hora, la magistrada Pilar Ordóñez decretó la puesta en libertad con cargos del sospechoso, que está imputado por un delito de daños al patrimonio histórico del artículo 323 del Código Penal, que castiga con penas de entre uno y tres años a los que causen daños en bienes de valor histórico o artístico.

Aunque la magistrada no decretó ninguna medida cautelar contra el funcionario de prisiones -como pudiera ser su internamiento involuntario en el Psiquiátrico-, sí que libró un oficio a la Policía para que el agresor fuese trasladado a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Virgen Macarena, donde quedó ingresado en el área de Observación. La decisión de la juez se produjo después de que el forense de los juzgados determinara que Luis Carbajo sufre un posible trastorno mental que podría requerir su internamiento, por lo que se ordenó su traslado al centro hospitalario para su examen psiquiátrico. Como no existe una medida cautelar sobre el imputado, su continuidad en la unidad de Psiquiatría dependerá de la propia voluntad del funcionario de prisiones que, en cualquier momento, podría decidir marcharse del centro sanitario.

Fuentes del caso mostraron ayer su extrañeza por el hecho de que el supuesto trastorno no haya dado la cara hasta ahora, cuando el funcionario, que es natural de Guadalcanal, tiene 37 años. En su entorno familiar habían detectado, no obstante, un comportamiento anómalo de Luis Carbajo desde hace aproximadamente un año.

El juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla será el que, a partir de ahora, se encargue de la instrucción de la causa. Según confirmaron ayer fuentes judiciales, una de las primeras decisiones de la instructora consistirá precisamente en solicitar a la Junta de Andalucía la realización de un informe de valoración de los daños causados al Gran Poder, cuya reposición al culto se espera para finales de esta misma semana.

La Policía Nacional trasladó ayer al juzgado los efectos intervenidos al agresor, entre los que se encuentran dos lápices de memoria en los que el agresor asegura que hay un documento con más de 700 páginas en el que explica con detalle por qué atacó al Señor del Gran Poder. Luis Carbajo llegó incluso a comentar a los policías que quería conseguir una pensión de invalidez por trastorno mental, pero tras el reconocimiento por el médico forense y la decisión de la juez de enviarle para su examen a la Unidad de Psiquiatría, todo apunta a que el joven pudiera no estar en su cabales.