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Cultura

Fernando del Paso, un Cervantes para una escritura "llena de riesgos"

  • El escritor, de 80 años y autor de 'Noticias del imperio' o 'José Trigo', recibe el galardón por una obra que hunde sus raíces en la historia de México y que "aúna tradición y modernidad".

Por su aportación al desarrollo del género de la novela, "aunando tradición y modernidad, como hizo Cervantes en su momento", en obras "llenas de riesgos" y por lo general centradas en episodios fundamentales de la historia de su país, el narrador, ensayista, poeta y dramaturgo Fernando del Paso, nacido en Ciudad de México en 1935, obtuvo ayer el Premio Cervantes. Especialmente conocido por sus novelas Noticias del imperio (1987), probablemente su obra más aclamada, junto con José Trigo (1966) y Palinuro de México (1982), Del Paso se convierte así en el sexto mexicano -tras Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska- en lograr el Cervantes en sus 30 años de historia. 

En su domicilio, tras conocer la concesión de este "hermoso galardón, tan famoso y codiciado", amén de acompañado de una dotación económica de 125.000 euros, el escritor explicó que vive estos momentos como "la culminación a toda una vida dedicada a las letras". El también pintor y diplomático, todo un superviviente después de superar varios infartos cerebrales y hasta tres cánceres distintos, añadió que este reconocimiento a 60 años de pasión por la literatura representa, además, "una dosis de revitalización tras una larga enfermedad". Pero Del Paso, que hoy debe usar silla de ruedas, asegura que "la verdadera lucha la libran los mexicanos que viven en la extrema pobreza y el verdadero valor es de los padres que buscan a los desaparecidos, entre ellos los de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa". 

Considerado un estilista y un innovador de la lengua española, admirador confeso de autores como Sófocles, James Joyce, William Faulkner, John Dos Passos, Laurence Sterne o Gustave Flaubertf, Del Paso ha construido su obra a partir de "los instrumentos que nos da la literatura del pasado", como dice el mismo autor, que fue avisado durante la madrugada del miércoles al jueves de la conceción del premio y no pudo conciliar el sueño a causa de la emoción y ayer atendió a la prensa primero desde su cama y luego en su sala de estar, pero en todo momento en un notable estado de euforia. 

Su obra está compuesta por varias novelas, ensayos, libros infantiles, poesía y obras teatrales. En Noticias del imperio, señalada casi unánimamente por lectores y estudiosos como su cima narrativa, y que le llevó una década de intensa inmersión en su escritura, combina la trágica historia de Maximiliano, el remoto emperador de México, con los recuerdos delirantes de su esposa Carlota, para acabar dando forma a una novela barroca, de enorme riqueza y exuberancia relingüística y gran densidad ideológica, en una línea estilística que podría compararse en cierto modo a las de Carpentier. 

"Mis novelas reflejan, creo yo, mi amor muy grande por México y, por lo tanto, una preocupación muy honda por lo que pasa y le pueda pasar", dijo Del Paso con motivo de un reciente homenaje que se le rindió cuando cumplió 80 años. "Lo más importante en la vida no es recibir galardones, aunque se merezcan, sino denunciar las injusticias que nos rodean", dijo el pasado mes de marzo en su discurso de aceptación del Premio José Emilio Pacheco. "Quiero decirte lo que tú ya sabes -añadió en ese discurso, en conversación imaginaria con el citado autor, ya fallecido-: que hoy también me duele hasta el alma que nuestra patria chica, nuestra patria suave, parece desmoronarse y volver a ser la patria mitotera, la patria revoltosa y salvaje de los libros de historia. Y quiero decirte que a los casi 80 años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé sólo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre (...) ¡Qué pena, sí, qué vergüenza!". 

La novela policiaca Linda 67, historia de un crimen (1995), una novela policiaca; el poemario Sonetos de amor y de lo diario (1997) o las piezas teatrales Palinuro en la escalera (1992) y La muerte se va a Granada (1998), destacan también en el conjunto de la obra de un hombre que quiso primero ser médico, pero cuyo miedo al impacto de ver la sangre lo empujó luego a los estudios de Economía que acabaría abandonando, para dedicarse por fin de lleno a la escritura. Sobre los premios dijo una vez, cuando le dieron uno a él, que no son éstos los que dan prestigio a los escritorores, "sino los autores los que dan prestigio a los premios". Sea como sea, ahora es él quien se ha sumado a la ilustre nómina de poseedores de premio más prestigioso de las letras en español.

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