Los hermanos Pau y Marc Gasol se entrenarán con el Barcelona hasta que concluya el cierre patronal de la NBA. De hecho, Marc, jugador de los Memphis Grizzlies, confirmó a través de una red social que participaría por primera vez en una sesión de entrenamiento en la tarde de ayer, poniéndose por primera vez a las órdenes del técnico azulgrana, Xavi Pascual.

Mediante su cuenta en twitter, el mediano de los Gasol apuntó: "Es un orgullo volver a estar en casa y entrenar con el mejor equipo de Europa".

También a través de internet confirmó Pau que trabajará con el plantel blaugrana, si bien el club barcelonista informó de que el jugador de los Lakers arrastra molestias en un tobillo, a raíz de su participación en el pasado Europeo de Lituania con la selección española, y por eso empezará a entrenarse el próximo jueves.

"La buena relación entre los jugadores, la entidad y el cuerpo técnico permite que los dos se incorporen a los entrenamientos mientras dure el cierre patronal", explicó el Barcelona en un comunicado. En todo caso, según aseguró Pau Gasol, sólo se comprometería con un conjunto barcelonés "en el caso de que se cancelase totalmente la temporada en la NBA y los jugadores y los propietarios no alcancen ningún acuerdo sobre el cierre patronal". "El Barça sería la primera opción a considerar, pero no sé si la opción existiría. Me gustaría porque es el club en el que me formé como jugador, mi casa y el mejor equipo de Europa ahora mismo", afirmó el jugador angelino.

Pau, de 31 años, y Marc, de 26, podrán así "mantener un buen tono físico mientras esté parada la competición NBA", agregó la entidad, subrayando que la presencia de los hermanos Gasol asegurará al equipo "un gran nivel en los entrenamientos".

En este sentido, uno de los que ya tomó una decisión es el ruso Andrei Kirilenko, que regresa al CSKA Moscú, donde se hizo estrella a nivel internacional entre los años 1998 y 2001 tras diez temporadas en los Jazz. En principio, el pívot, de 30 años, se ha comprometido por tres campañas al ser agente libre -acabó su contrato con la franquicia de Utah-, aunque mantiene la opción de regresar a la NBA cuando se desconvoque el lockout, cuyas negociaciones siguen en punto muerto. Los dueños de los clubes argumentan que sólo 8 de los 30 que forman la NBA consiguieron ganancias la pasada temporada, que dejó pérdidas combinadas de más de 300 millones de dólares, y quieren imponer un límite a los salarios de los jugadores.