Enfadado por la contratación de su enemigo Louis van Gaal, el holandés Johan Cruyff retiró ayer su confianza a la dirección del Ajax y dejó el club dividido en dos facciones: quienes le apoyan y quienes dan su respaldo a Van Gaal.

Según aseguraron la agencia de noticias ANP y la prensa digital holandesa, tras cuatro horas de reunión con la directiva del Ajax en el Amsterdam-Arena, Cruyff dijo que ya no confía en el "consejo de comisarios" (RVC), uno de los órganos de dirección del tradicional club holandés, que lucha por reverdecer sus laureles de hace algunos años, especialmente en competición europea.

"Con este RVC ya no quiero seguir. Ahora le toca al club decidir", dijo el icono del fútbol holandés, que a la pregunta de si eso significaba que dimitía, comentó: "No, ahora debe decidir el club".

La continuidad del ex jugador en el club con el que alumbró el fútbol total en su etapa en activo está así en manos de la directiva en pleno, con sus 24 miembros, aseguró. El próximo día 28 habrá otra reunión, supuestamente decisiva, para saber si el sector pro-Cruyff sale airoso, o si, por el contrario, la directiva respalda la decisión del RVC. Los cuatro componentes de ese órgano de dirección decidieron esta semana el fichaje de Van Gaal como director gerente a partir de junio de 2012, pero sin consultar a Cruyff, que ocupa un puesto de miembro honorífico de la directiva y es asesor del Ajax. "¿Están locos?", se preguntó Cruyff. "Quieren prender fuego al club", agregó.

Cruyff y Van Gaal tienen una pésima relación personal. En una entrevista en la noche viernes con la televisión holandesa, Cruyff fue categórico: "Las posibilidades de cooperación con Van Gaal son mínimas, tenemos visiones muy distintas del fútbol", aseguró.

El hecho es que, al menos en la reunión de ayer, quedó claro que se ha producido una "ruptura definitiva de confianza" entre Cruyff y los cuatro miembros del RVC: Steven ten Have, Marjan Olfers, Paul Römer y Edgar Davids, según el rotativo Algemeen Dagblad.

Por otro lado, el técnico del Ajax, Frank de Boer, aseguró en una entrevista publicada en Algemeen Dagblad que cuando se enteró de la decisión de fichar a Van Gaal, comunicó a los miembros del "consejo de comisarios" que con ello iban a "provocar un terremoto" en el club. "Me siento como un padre que tuviese que elegir entre un hijo u otro. No quiero hacerlo", añadió.