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Heurtel, un callejón con pocas salidas

  • El Fuenlabrada y el Gran Canaria se retiraron de la puja, pero el Baskonia no tiene prisas y sigue apretando en lo económico.

El verano es largo en el baloncesto. La Liga acaba pronto y empieza tarde, por lo que el tiempo para hacer movimientos es amplio y muchos necesitan del paso de los días y semanas para que se cierren o se descarten. Es el tiempo con lo que juega el presidente del Caja Laboral, Josean Querejeta, en el caso de Heurtel, con el que Dusko Ivanovic no cuenta y se le busca acomodo. Sevilla es un posible destino, pero no a cualquier precio.

El Baskonia anda tras los pasos de Carlos Cabezas, pero antes debe colocar al base francés, del gusto de Aíto García Reneses y algo distinto a Satoransky, pues se trata de un jugador mucho más eléctrico y con un decente tiro exterior. El Cajasol lo quiere, pero la entidad alavesa aprieta para que los sevillanos se hagan cargo de toda la ficha, en torno a los 300.000 euros, y el club hispalense parece haberse plantado en la mitad (más pluses), aproximadamente. No hay acuerdo.

Querejeta anda de vacaciones en Marbella y tiene menos prisas que Juan Carlos Ollero, su homólogo andaluz, en cerrar el plantel. Cuenta ya con dos bases: el estadounidense con pasaporte montenegrino Taylor Rochestie y el propio Heurtel, por lo puede apretar a Cabezas para rascarle algunos euros y al conjunto sevillano por su necesidad de hacerse con otro director de juego. Más aún cuando el Cajasol sopesa la posibilidad de disputar la Eurocup, ya que para jugar dos competiciones necesitaría un plantel de ciertas garantías para no pasar apuros en la Liga, objetivo principal, con una plantilla joven en la que Balvin y Burjanadze tendrán sitio.

Para alargar la negociación aún más, el Fuenlabrada, otro de los interesados, parece haberse retirado de la puja, y el Gran Canaria, con el reciente fichaje del norteamericano Jon Scheyer, procedente del Maccabi, parece haber cubierto la posición de base-escolta. Una salida al extranjero no gusta en el Caja Laboral porque esperan que el galo, al que el quedan tres cursos más de contrato, se foguee en la ACB. Nadie tiene prisa, pero todos quieren saber qué dirección tomar en un callejón con pocas salidas.

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