Deportes

Vamos a llevarnos bien

  • Los clubes, con Del Nido y Guillén al frente, sofocan los ánimos de los violentos con la vía de concordia que abrió el 'espíritu Puerta' y que se vio reforzada con los nuevos rectores béticos.

La fiera no ha muerto. Dormita en su cueva, dispuesta a salir el día más insospechado en busca de carne cruda. El domingo que viene, sin ir más lejos, puede hacerlo. Pero si lo hace, no va a ser porque José María del Nido y Miguel Guillén la azucen con sus acciones o comentarios provocadores. Todo lo contrario. Desde que el beticismo decidió dar ese súbito golpe de timón a su destino aquel 15-J de 2009, los mensajes institucionales de los clubes sevillanos han desbrozado un camino de concordia, hasta de buenrollismo, que dista del ánimo belicoso que siempre palpita entre los sectores más radicales de un club y otro.

Ahora que se confirma el regreso de los Biris al Gol Norte del Ramón Sánchez-Pizjuán para desplegar su ruido y su color, está por ver si en el derbi que ya asoma se sigue reflejando ese espíritu de concordia que brotó cuando a Antonio Puerta dejó de latirle el corazón.

botellazo y contrición

El derbi del botellazo a Juande, en febrero de 2007, fue el último antes de la muerte del fino volante zurdo. Y también el último que salió de las secciones de Deportes para acabar en Sucesos. Ese súbito fallecimiento provocó un acto de contrición en muchos que acudían a cada duelo de máxima rivalidad con ánimo beligerante. Cuatro derbis más se disputaron desde entonces bajo el mandato de Lopera, dos en la temporada 2007-08 y otros dos en la 2008-09. Y ningún altercado de gravedad se registró en esas cuatro ocasiones.

Pero el último Sevilla-Betis, segundo con los nuevos rectores béticos, hubo un peligroso conato de regresión con el lanzamiento de bengalas al césped desde el Gol Norte. Afortunadamente, no hubo heridos ni daños importantes, pero el estadio sevillista volvió a ser apercibido de cierre y el club sufrió otra fortísima multa.

dolor recíproco

Seis meses después de ese último duelo de rivalidad sevillana, la sintonía entre ambas instituciones se ha reforzado aún más. Otro hecho luctuoso de trazas similares al de agosto de 2007 vino a estrechar esos lazos: la muerte del defensa bético Miki Roqué a finales del pasado mes de junio.

El Sevilla correspondió entonces a la muestra de sincera solidaridad en el dolor que el Betis, aún de Lopera, mostró unos años antes con la pérdida de Puerta. "El Sevilla tiene que estar al lado del Betis", comentó Monchi en el sepelio de Miki, al que también asistió Del Nido.

El acercamiento público obedece a una estrategia que beneficia a ambos. Las fotos de Guillén y Del Nido, o del presidente de la Fundación Real Betis, Rafael Gordillo, con algún colega de la acera de Nervión haciendo frente común para una noble causa, son estampas tan cotidianas en los medios locales como las de las setas de la Encarnación o las de esos imputados que entran y salen de los Juzgados.

Aparece el derbi número 85 en Primera y por ahora no tienen nada que llevarse a la boca los informativos tendenciosos que tratan estos singulares duelos sevillanos como si de la batalla de las Termópilas se tratara. El pasado martes, Pepe Mel volvió a agradecer en los micrófonos de Radio Sevillael excelente trato que recibió la expedición verdiblanca en el Ramón Sánchez-Pizjuán antes, durante y después del último derbi, el pasado mes de mayo. Si en lugar de "excelente" o "magnífico" hubiera pronunciado las palabras "pésimo" o "indigno", ¿alguien duda de que en Madrid, Vigo o Alicante hubieran resonado con fuerza en las secciones deportivas de las cadenas televisivas?

El pasado domingo, las aguas del Guadalquivir volvieron a ser las aguas del Betis. El ocho con timonel verdiblanco se impuso en una regata vibrante e igualada como pocas. Y todos disfrutaron de una gran fiesta del remo. Que la Regata Sevilla-Betis (46 ediciones ya) haya recuperado su rango y su imagen se debe en buena parte al esfuerzo que ha hecho el consejo de nuevo cuño que hoy saca del pozo al Betis bajo la supervisión de José Antonio Bosch. Y en la ceremonia de entrega del pesado cocodrilo al equipo bético posaba, con la mayor naturalidad, incluso con una sonrisa que habla de su deportividad, el representante del Sevilla, el vicepresidente Pepe Castro. Ése es el camino. El mensaje.

entradas más baratas

Hoy, ese loable espíritu compartido parece de lo más natural. Pero no hace tanto que las cañas se tornaban lanzas en cuanto alguien alzaba el tono de la voz desde Nervión o Heliópolis. Y, lejos de facilitar al rival un cupo de entradas a precios asequibles, como sucede ahora (1.300 entradas de 30 euros, una rebaja de 10 con respecto al año pasado), incluso hubo una temporada, la 2002-03, en que la afición sevillista no dispuso de entradas para acudir al entonces Manuel Ruiz de Lopera, ante la ruptura absoluta de relaciones entre ambos clubes.

Antes de ese lamentable episodio, el fuego se había avivado con otros sucesos ignominiosos como el cuchillo que Benjamín entregó al árbitro en aquel derbi de octubre de 1999 en Nervión, la respuesta del uruguayo Olivera al portar el palo de una bandera lanzada al terreno de juego en aquel Betis-Sevilla de Segunda (noviembre de 2000), las candelas romanas lanzadas al sector sevillista en el coliseo bético que provocó dos partidos de suspensión (marzo de 2002), la paliza de varios radicales al guarda de seguridad en el Sánchez-Pizjuán la misma noche que otro joven saltó al campo y se abalanzó sobre el portero bético Prats, que clausuró el recinto cuatro encuentros (octubre de 2002) o el referido botellazo a Juande Ramos en la vuelta de los cuartos de final de Copa, la misma noche en que Lopera decidió plantar su busto en el palco (febrero de 2007). Ese impacto en la cabeza del entrenador manchego acabó en otra clausura, por tres partidos, del estadio heliopolitano.

la imagen de sevilla

Ese rosario de sonrojantes sucesos, trufados con discusiones patibularias entre algún dirigente, mancilló la imagen del fútbol sevillano, y por extensión, de la sociedad ante los ojos de los españoles. Hoy, todo es diametralmente opuesto. Si el Sevilla organiza un homenaje para despedir a Kanoute, el Betis se suma oficialmente a la promoción del evento e invita a su gente a acudir a Nervión, como así sucedió, para ayudar a la Fundación del gigante franco-malí. Esa vía de concordia tiene, pues, réditos crematísticos. Pero también otros beneficios intangibles pero igual de trascendentes: gana la imagen de los clubes y gana la imagen de la ciudad.

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