El día en que se cumplían 10 meses desde que Mireia Belmonte estrenara el medallero español en los Juegos de Londres con su plata en los 200 mariposa, la catalana nadaba en Sevilla, en la XVII edición del Torneo Villa de Mairena.

La nadadora de Badalona se dio un baño, no sólo en el agua sino también de masas, ya que más de un centenar de niños reclamaron de ella y de otros nadadores como Marc Sánchez o la jerezana Conchi Badillo, del Sabadell, autógrafos y fotografías durante más de una hora. A todos ellos lanzó un mensaje. "Que disfruten nadando. Deben fijarse un objetivo, un sueño, y trabajar sin mirar atrás, sin rendirse, por conseguirlo. Cuando logras aquello que te propones te sientes muy realizado", indicó la protagonista, una de las principales bazas de la delegación española para el Mundial de Barcelona que arranca el próximo 19 de julio.

Su participación en el campeonato supone un pequeño paréntesis en la concentración que realiza estos días en el CEAR de Sierra Nevada para preparar la gran cita de la natación del próximo mes en la Ciudad Condal, la primera. "Estar en casa hace más ilusión, aunque será una competición bastante exigente: son ocho días de pruebas, si todo va bien, entre series y finales", aseguraba la catalana, que "por primera vez" visitó Sevilla. "No tengo tiempo de ver la ciudad. Una pena, porque sé que es muy bonita, pero vengo a competir. Debo agradecer al club el esfuerzo y lo bien que se han portado", indicó Belmonte, sin duda una de las figuras que ha relanzado un deporte casi olvidado en España como la natación. No en vano, la nadadora se ha convertido en la imagen de varias marcas tras su gran éxito del pasado verano en la cita olímpica, tras la cual protagonizó un culebrón al abandonar por falta de acuerdo (económico) el Club Natación Sabadell.

No le faltaron ofertas a la doble subcampeona olímpica, que acabó fichando por el UCAM Fuensanta. Continúa trabajando a las órdenes del técnico Fred Vergnoux, al que abandonó por un tiempo tras la citada polémica, si bien el galo, que llegó a afirmar en su día que "el éxito la ha cambiado, las medallas se la han comido; le pasa a mucha gente", vuelve a dirigir sus pasos antes del Mundial de Barcelona. ¿Objetivos? "Competir al máximo", dice, aunque la lucha por los metales debe ser el gran reto de la principal referencia española en el agua.