Saben en el Cajasol que Elmer Bennett es un maestro para cualquier jugador que le pongan al lado. Pasó con Marcelinho Huertas y con Ricky Rubio en las temporadas en las que el estadounidense pasó por Badalona. Y los sevillanos tienen la misma intención. La idea es clara: una perla del baloncesto europeo que esté curtida en competiciones importantes y con un gran margen de mejora. Y en esa línea trabajan Oriol Humet y Manel Comas desde hace semanas, sabedores de que la contestación de Bennett a la oferta de continuidad sería positiva.

Stefan Markovic es uno de los hombres que tiene en cartera el conjunto hispalense. Había más opciones por delante del serbio, aunque los intentos por traer a alguno de esos jugadores están resultando baldíos, además de no saber qué ocurrirá aún con el pasaporte de Miles.

Markovic es un jovencísimo base de 20 años y 1,91. Milita en el Hemofarm de su país, equipo con el que ha competido en la Copa ULEB, en la Liga Adriática y ahora está jugando la final de la liga serbia, serie que va perdiendo por 2-1 frente al potente Partizán. Además, Markovic es internacional con la selección absoluta; de hecho, participó en Granada con Serbia en el pasado Eurobásket de España.

Hay muchos expertos que lo ven en unos años en la NBA, ya que es un jugador muy completo, aunque sus estadísticas a bote pronto no impresionen. En la Copa ULEB, sus promedios, en 12 partidos, son 7.7 puntos, 2.5 rebotes, 2.7 asistencias y 1.6 robos, mientras que en la Liga Adriática, en 30 encuentros, sus medias se parecen: 5.9 puntos, 2.6 rebotes, 2.9 asistencias y 1.8 robos.

Aunque tiene contrato -es habitual en los equipos serbios que sus jugadores tengan muchos años firmados-, puede salir de su país. Hay varios clubes europeos pujando por él, entre otros, aparte del Cajasol, la Benetton, un conjunto muy acostumbrado a pulir a los jóvenes.

Un problema que se plantearía si fichara es su posible convocatoria para el Preeuropeo. Está en la preselección de 18 y se caerán de ahí seis. En el caso de que Markovic estuviera, la selección serbia, que inicia la concentración el 6 de julio, tendría que competir un mes, del 20 de agosto al 20 de septiembre, contra Italia, Hungría, Finlandia y Bulgaria, pocas semanas antes del inicio de la ACB y perdiéndose toda la pretemporada.