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Una BBC con alta definición

  • Bale desde la derecha y Cristiano desde la izquierda potencian su pegada, su asociación con Benzema y la subida de laterales ofensivos.

Hasta la dolorosa derrota con el Barcelona, que tanta polvareda ha levantado en el vestuario madridista, el Real Madrid de Ancelotti cabalgaba dejando víctimas a un lado y otro de la cuneta. Sin la voz altisonante de Mourinho, sin ese exagerado protagonismo del portugués, el talante discreto del italiano ha ahormado un equipo con trazas de campeón. La plantilla ha recibido como un soplo de aire fresco el cambio de un entrenador casado con la polémica y que todo lo llevaba al límite, por otro que aprieta, sí, pero de puertas para dentro.

Sin balón

El cambio más sustancial del Madrid de esta temporada, en cuanto a piezas, es la entrada de Carvajal por Arbeloa en el lateral diestro. El chaval repescado del Bayer Leverkusen es mucho más ofensivo que el internacional español. Y por la izquierda permanece otro jugador de banda que tira para arriba como pocos, Marcelo. ¿Y cómo compensan los merengues jugar con dos laterales de ese corte? Con tres medios cerrados: uno de ellos fijando más la posición por delante de la defensa, con el apoyo preferente de otro y un tercero con más licencias para atacar. Ante el Barcelona, Xabi Alonso se ancló, Modric ejerció de escudero con su capacidad para aparecer por todo lo ancho del terreno de juego y un tercero, Di María, se centró más en esgrimir su fantástica visión de juego, su chispa y su último pase.

Hoy faltará el Fideo argentino, sancionado, y está por ver si Ancelotti se decanta por una vía más pragmática, con Illarramendi, o más arriesgada, con Isco. Si entra Illarra, Xabi Alonso puede dar un paso adelante, como hace en la selección española cuando coincide con Busquets, si no, seguirá demostrando que a su fútbol de tiralíneas une la reciedumbre que hace falta para jugar de cinco argentino. En cualquier caso, Modric le echará una mano en el repliegue. El croata se ha destapado como un eficaz zapador.

Con balón

¿Dónde ubicar a Bale? Ancelotti caviló hasta dar con la tecla. Bajo su 4-3-3, el galés, a su estilo y salvando las distancias, hace a la diestra lo que Cristiano a la siniestra: arrancar con su tremenda potencia, buscar el perfil interior para armar su mejor pierna y si no hay tiro, asociarse con los otros dos compañeros de ataque. Pocos juegan en el mundo sin la pelota como Benzema, un prodigio arrastrando defensas y abriendo pasillos. Eso, cuando el francés no se ofrece para dibujar paredes o triangulaciones. Otra ventaja de esa BBC, de ese tridente ofensivo: los defensas se obsesionan con tapar por dentro, para evitar el disparo de Bale o Cristiano, y facilitan que los laterales, Carvajal y Marcelo, se cuelen por sus pasillos.

Lo mejor

Ejerce como lo que es, uno de los mejores equipos del mundo, con una salida rapidísima en ataque, pero también toque en estático.

Lo peor

En las jugadas a balón parado sigue sufriendo. Diego López no manda a pesar de su talla.

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