Manuel Castaño, segundo máximo accionista del Real Betis, obtuvo ayer las 212 acciones que un juzgado de lo Mercantil de Sevilla tenía embargadas a Manuel Ruiz de Lopera a raíz de la deuda contraída por el caso Nelson.

Castaño, directivo en la época de Lopera -que sigue siendo el principal accionista de la entidad a través de Farusa- pagó por ellas 12.800 euros (en su momento costaron 60 euros cada una, 10.000 pesetas de entonces), y se acerca al 5% del total de títulos de la entidad, límite para poder convocar una Junta Extraordinaria de accionistas.

Se da la circunstancia de que ningún accionista a título particular ni ninguna de las plataformas que aglutina a distintos grupos de béticos notables pujó por las acciones, salvo el sobrino de Lopera Javier Páez, quien ofreció 12.750 euros, con los cual Castaño las obtuvo prácticamente al precio de salida en una notaría de la Avenida de la Constitución. Si en el momento de la conversión cada acción costaba 10.000 pesetas de entonces, cada título le ha costado a Castaño los mismos 60 euros.

Lopera sigue detentando la mayoría de acciones del club, hasta un 51,4%, que corresponden a las participaciones que controlaban sus sociedades y que se encuentran intervenidas judicialmente y bajo tutela del administrador Francisco Estepa.

Con esta compra de acciones por parte de Castaño, éste demuestra que sigue manteniendo la idea de aglutinar en su persona el mayor capital posible y así se ha postulado como comprador de todas aquellas personas individuales y colectivos, sobre todo peñas béticas, que han vendido sus acciones en los últimos tiempos. Incluso Castaño ha mantenido conversaciones con Rufino González, ex consejero y tercer máximo accionista de la entidad, para comprarle su capital si éste finalmente decidiera desprenderse del mismo, y con lo que su representación accionarial se colocaría rondando el 9% del total.