Torino, più vicino! Turín se acerca. El Sevilla viajará a Valencia con una ventaja fantástica para optar a su tercera final de la Europa League/Copa de la UEFA con un partido menos brillante respecto a los últimos pero tan efectivo como en los dos meses anteriores. En apenas tres minutos el marcador castigó duramente al Valencia y desde ahí el equipo de Emery gestionó la situación con cabeza pero con ciertos riesgos al no lograr sentenciar a la contra.

El Sevilla, con más orden que juego, apenas consintió llegadas y, auténticamente on fire, aprovechó las que tuvo hasta el descanso para dar la sensación de que la eliminatoria iba a quedar tocada. Ni siquiera el hecho de que el gol inicial fuera en claro orsay menoscababa el hecho cierto de que todos los caminos conducían al gol del Sevilla. Salvo el arreón final visitante, con doble ocasión de Jonas y Vargas (paradón de Beto y cabezazo al larguero), siempre pareció más cerca un gol local que cualquier otra opción.

Rakitic, libre por completo, y la pareja M'Bia-Carriço adueñándose del ritmo de juego y secando al equipo de Pizzi, transmitían la sensación de superioridad que el marcador mostraba. Desde luego no por ocasiones, escasísimas. Pero este Sevilla primaveral apenas necesita media ocasión para golpear y esta vez no fue excepción.

Curioso, pero la primera parada de Guaita ya fue con 2-0 en el electrónico. Rakitic saca una falta que peina Carriço y M'Bia, un metro en fuera de juego, frena el balón para rematar de cualquier manera, de tacón, pero de forma perfecta a la red. Media hora larga y la semifinal donde el Sevilla quería. En menos de cinco minutos, el golpe es doble. Gran pared de Vitolo y Bacca que deja al colombiano ante Guaita, cruzando de manual para hacer el segundo. El Pizjuán se viene abajo cuando apenas ha transcurrido un cuarto de la eliminatoria.

Cierto que el Sevilla inquietó a Guaita muy poco más pero no lo es menos que salvo la referida doble ocasión final, el Valencia no logró tener opciones claras para salircon un resultado menos dañino. De hecho, las grandes ocasiones antes del frenesí final fueron un mano a mano de Bacca que frustró Guaita después de un pase espléndido de Rakitic; un tirode Gameiro que dio en la mano de Javi Fuego dentro del área valencianista; y un centro en una falta que Iborra remató por encima del larguero.

Siete días para desvelar el sueño. Turín espera. Pero bastante más cerca, più vicino, que antes de que echara a rodar el balón en la fiesta europea del Pizjuán.