-Lo primero, ¿cómo está de su lesión?

-Estoy muy contento de mi respuesta en los entrenamientos, estoy llevando un plan específico para no cargarme y no dar dos pasitos hacia atrás. La lesión está completamente olvidada, aunque todavía queda alguna pequeña molestia que no me impide ni competir ni jugar ni nada. Veo la luz al final del túnel y estoy contento de poder trabajar bien.

-¿Qué sensaciones tuvo al volver tras tantos meses fuera?

-Al principio lo hablé con algunos compañeros en el banquillo y estaba un pelín nervioso. Llevo tiempo como profesional, no me había lesionado nunca de gravedad y eran sensaciones extrañas. Acabaron los 45 minutos, me encontré bien, comencé a coger sensaciones de competitividad en un partido, con mis compañeros. Estoy contento de cómo está yendo todo, sabiendo que aún me queda una pretemporada larga por delante en la que hay que ir sumando minutos y buenas sensaciones.

-No quiso participar en los partidos de postemporada. ¿Más por precaución o llegó a pensar que podría salir del Betis?

-Yo sabía que aquí tenía contrato, que mi intención era seguir en el Betis y esos partidos no me aportaban nada. Hablando con Fran (Molano), el doctor, los fisios... decidimos no jugarlos, que yo me entrenase aparte para ahora venir y estar bien. No era conveniente arriesgar en esos partidos.

-¿Qué fue peor, la lesión o ver cómo el equipo se despeñaba a Segunda?

-Lo de la lesión fue muy duro, porque fue en Navidad. Confiaba mucho en el equipo y sabía que nos íbamos a salvar, lo que pasa que veía que jornada tras jornada no salían las cosas. Aparte de tener la lesión, ver que el equipo bajaba, sinceramente pasé el peor año de mi vida. Por eso espero que este año el fútbol nos devuelva a mí y al equipo lo que nos merecemos.

-Usted lo vio desde fuera, ¿qué ocurrió para acabar así?

-No me gusta hablar a toro pasado, es muy fácil. Yo no estaba con ellos y desde fuera es más fácil todavía opinar. A mis compañeros los defenderé siempre, no se hicieron las cosas bien, ahora hay que pasar página y no merece la pena pensar en el pasado. Todo el mundo sabe si está jugando bien, si lo está dando todo en el campo. El que no lo dio o no estuvo bien, qué mejor oportunidad este año para hacerlo y ayudar al equipo para que esté en Primera División.

-Desde fuera se nota otro ambiente. ¿Se toma este año como una revancha?

-Se pasó muy mal, un club como el Betis y con la afición que tiene que sufriese tanto... A pesar de que mucha gente piense que no, nos duele. A mí esas cosas me afectan mucho. Como bien ha dicho, tuvimos que limpiar la mente en vacaciones, olvidar el pasado, pensar que estamos en otra categoría diferente, que tenemos que quedar primero o segundo, yendo paso a paso para subir Primera, que es el claro objetivo que tenemos.

-La afición se está volcando. ¿Esperaba una respuesta así?

-Eso es una locura. Ahora ya no me sorprende, el año pasado sí. Lo de la afición del Betis es caso aparte y no tengo palabras para describirlo. Estamos jugando en Murcia, y en el primer amistoso había 200 personas con banderas y animando. ¿Qué quieres que te diga? Hasta los del Brighton flipaban.

-Pese a su edad, es un veterano de este equipo. ¿Se siente con esa responsabilidad?

-Somos gente que llevamos más experiencia en esto del fútbol, aquí mandamos todos. Hay gente que lleva más tiempo en el club, pero todos debemos aportar nuestro granito de arena para que el Betis funcione bien. Hay una base importante, hay confianza en todos lod jugadores y vamos a responder dándolo todo en el campo y eso hará que los resultados acompañen.

-Apenas llevan unos días con el cuerpo técnico pero se nota buen ambiente. ¿Le ha sorprendido la forma de dirigir?

-Los entrenamientos hasta el momento, todos los jugadores lo decimos, son buenísimos y nos están encantando. Sobre todo la intensidad, esto hay que mantenerlo toda la temporada y estoy seguro de que con este entrenador lo haremos. Está en cada segundo del entrenamiento apretándonos y eso es bueno porque hará que en los partidos lo demos todo. Repercute en el equipo.

-Algunos lo llegaron a comparar con Guardiola y usted estuvo dos años con el catalán. Salvando las distancias, ¿observa alguna similitud entre ambos?

-Lo ha dicho bien, yo estuve dos años con Guardiola, con él llevo apenas una semana, y no podría hablar en profundidad. Lo que más me gusta de este entrenador, y en eso sí que se asemeja a Guardiola, es que vive el fútbol las 24 horas, se nota que es un auténtico loco del fútbol, que no para. A mí me gusta eso de los entrenadores, que lo viven todo, están atentos a todo... En eso se asemeja. También le gusta tener el balón como a Guardiola, pero claro, no te puedo hablar de más porque sólo llevo una semana. El equipo está receptivo a su mensaje.

-Por otra parte, usted nunca ha jugado en Segunda. ¿Qué categoría espera?

-He visto muchísimos partidos de Segunda, sé cómo es y lo difícil que es. Hay que hacer caso al entrenador, se asciende en junio y no ahora. Hay que hacer las cosas con ilusión y con normalidad. Se hace muy largo, partido a partido, ojalá y Dios quiera el fútbol nos devuelva lo que nos merecemos.

-Y el Betis será el rival a batir...

-Sabemos que en Segunda somos un equipo grande que por desgracia está en ahí. Tendremos presión, pero tenemos que saber llevarla. Seguro que en nuestro campo, y también fuera porque los béticos nos acompañarán, con 30.000 personas en cada partido, será más fácil que el Betis funcione y saquemos fuerzas de donde no tengamos.

Ejemplo de sacrificio con David Ferrer

No lo ha pasado bien Xavi Torres. La rotura del tendón de Aquiles que sufrió ante el Rijeka lo dejó sin participar la pasada temporada, aunque ha sacrificado parte de su verano (junto al recuperador Fran Molano) para llegar en las mejores condiciones. Quizá el ejemplo lo tiene muy cerca, en su paisano de Jávea David Ferrer, el fenomenal tenista español y su amigo personal. "A él todo el mundo lo conoce y destaca, además de por su calidad, porque es un auténtico animal. No me puedo comparar con él en nada, pero me gusta darlo todo. Unas veces saldrá mejor y otras peor, pero siempre intento llegar a casa con la conciencia tranquila".