Cuando los políticos y directivos echaron mano a los canapés al final de la presentación, a los jugadores les quedaba trabajo por delante: atención a la prensa. No hay mejores embajadores del baloncesto que ellos y la FEB sabe explotar esto como nadie. "Todo el mundo da por hecho que vamos a jugar la final contra Estados Unidos, pero antes hay mucho trabajo y muchos rivales por delante. No va a ser nada fácil porque para llegar a la final primero hay que ganársela. Sentimos la presión cuando estamos en la habitación del hotel, porque cuando saltamos a la cancha la dejamos atrás y la transformamos en energía positiva para todos", dijo Pau Gasol.

Otro buque insignia del equipo nacional, Juan Carlos Navarro, no dudó en declarar que "la gente está muy ilusionada" y que "el objetivo real es trabajar bien y llegar al máximo posible: el talento está, el equipo está y el trabajo comenzaremos a hacerlo ya; con estos ingredientes podemos llegar a cualquier sitio".

Serge Ibaka sueña en alto... "Ganar la final a Estados Unidos y ponerle un tapón a mi compañero Kevin Durant sería lo máximo". Aunque admite que "jugar en casa no asegura nada", sí valora que "los ánimos de los aficionados nos ayudarán en los momentos complicados".

Ricky Rubio tira de sintonía para hablar del éxito colectivo: "Estamos tanto tiempo juntos que el roce hace el cariño. Es algo muy bonito, en un equipo profesional puedes tener amigos, pero aquí no es igual. Esto es una unión de jugadores y amigos que quieren venir a jugar, donde nos lo pasamos bien y somos competitivos".