Así es el fútbol. Mientras Javi Varas casi está recogiendo sus cosas, Mariano Barbosa se ilusiona colocando las suyas en la taquilla que ocupaba el de Pino Montano. El argentino llega con ganas, el sevillano se va desilusionado. A punto de llegar a un acuerdo con el club para la rescisión de su contrato, el meta cuya carrera tuvo su clímax en el Sevilla cuando le paró un penalti a Messi en el Nou Camp en el tiempo de descuento, pone rumbo a Valladolid, donde va a iniciar una nueva aventura a sus 31 años.

"Tengo muchas ganas de escuchar el himno y ser parte de este equipo, no estar en el equipo contrario. La canción trasmite mucho", declara el nuevo fichaje sevillista a los medios del club desde la concentración del equipo en tierras alemanas.

La nueva sombra de Beto no esconde su ilusión por el nuevo paso dado en su carrera profesional, llega con ideas frescas y su ánimo contrasta con los sentimientos con los que se va Javi Varas. "Quería estar en un gran equipo. El Sevilla es un club importantísimo, quiero estar a la altura y responder al máximo aquí", reitera el ex jugador de la Las Palmas, que sabe a lo que viene: "Yo vengo a un equipo no con el cartel de suplente, sé que me toca empezar en un equipo nuevo y que tengo que hacer cosas para poder jugar, pero yo vengo con la ilusión de trabajar, de estar ahí y de competir".

Javi Varas ha visto cómo su nivel de confianza en el Sevilla ha ido bajando en los últimos años y, pese a tener un año más de contrato, estaba cantado que su destino era salir del club. El meta hispalense y sus agentes trabajan en lograr junto a Monchi el mejor acuerdo de finiquito. El futbolista recibirá una parte de su ficha anual (inasumible para cualquier club que se interese por él en el mercado) como pago para su rescisión y, seguidamente, firmará con el Valladolid prácticamente repartiendo el sueldo que percibía en el Sevilla durante las temporadas en las que milite en Pucela. En principio, Javi Varas firmará tres campañas en el equipo blanquivioleta.