Cero títulos importantes, varias derrotas en los despachos, líos fiscales y dimisiones: el Barcelona ha asistido en los últimos doce meses a una erosión imparable de su imagen que escaló ayer un nuevo pico. Con una sanción que le impide fichar hasta 2016, la FIFA asestó un nuevo golpe al Barcelona, que durante el último año fue testigo directo de la muerte de Tito Vilanova, los problemas fiscales de Lionel Messi, el caso Neymar, la dimisión del presidente Sandro Rosell, el polémico ascenso al poder de Josep María Bartomeu o el cierre de un año sin títulos importantes.

La paz nunca parece llegar al Barcelona, donde cada tregua no suele durar más que unos días. Si al comienzo de la semana pareció revitalizar su ilusión con su actuación en el trofeo Joan Gamper y la presentación de Luis Suárez, la FIFA le devolvió ayer al país de la sombras al impedirle fichar durante todo el 2015.

De nada le sirvieron las cuatro horas que sus dirigentes ocuparon el martes defendiendo a su club de las acusaciones de contratar ilegalmente a jugadores menores. La FIFA fue inmisericorde, otro día fatal dentro del annus horribilis que lleva el Barcelona.

La trayectoria del equipo tampoco le ayudó a lograr la paz institucional. El Barcelona fue eliminado en cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid, cayó en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid y perdió el título de la Liga en la última jornada ante el Atlético. Salió Martino y llegó Luis Enrique.

Para intentar regenerar la ilusión de sus hinchas y quizá previendo la sanción de la FIFA, el Barcelona se gastó esta temporada cerca de 150 millones de euros en fichajes, un récord en la historia del club.

Bartomeu denunció en abril que detrás de todos los sucesos indeseados había algo oculto. "Desde hace tiempo detectamos que se quiere hacer daño al Barça. Estamos investigando y cuando tengamos pruebas denunciaremos a las personas que hay detrás de todo este asunto", avisó. Pero de momento no hay denuncias contra nadie. Mientras, la imagen del club continúa erosionándose con la ratificación de la FIFA y la batalla legal perdida ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) para intentar reducir la sanción a Luis Suárez.