Baloncesto

"¿Yo como Pau?, pero si él lo es todo"

  • El ex internacional Andrés Jiménez relata cómo vivió su retirada del deporte de élite. El que fuera jugador del Barça se incomoda cuando es comparado con el mayor de los Gasol.

A tres días del comienzo del Mundial de baloncesto, la selección más laureada de la historia se enfrenta tal vez a su última oportunidad de rendir al máximo nivel. La edad no perdona. Los 34 años de Pau Gasol, Felipe Reyes y Juan Carlos Navarro -por mentar sólo a tres de los pilares del equipo- presagian la necesaria dosificación irreversible de los esfuerzos. Y en los Juegos Olímpicos de Río, en 2016, estos tres astros habrán cumplido 36 años, la misma edad a la que se retiró el poseedor de una de las carreras más longevas y exitosas del baloncesto español, el sevillano Andrés Jiménez (Carmona, 1962).

El palmarés del ursanoense es para tumbar de espalda a cualquiera, mate incluido: siete ligas ACB, cuatro Copas de Rey, una Copa Korac, plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, plata en el Eurobásket de 1983, etcétera. Para quien no lo viera jugar, Jiménez fue el primer alero alto relevante del básket patrio, aunque él mantenga reservas al respecto. Y, cuando se lo compara con Pau Gasol, la reserva se convierte casi en una ofensa. Así lo transmite desde el teléfono, en diálogo desde Barcelona. "No se me puede comparar con Pau, ni mucho menos", espeta.

Para Jiménez, igual que para el aficionado al deporte de la canasta, Pau Gasol es "el mejor jugador español de todos los tiempos". Y prosigue poniendo distancia con el ahora jugador de los Bulls. "Fíjate sólo en la altura: yo mido 2,04; él, 2,15. Aunque es cierto que, siendo alto, yo solía jugar de cara al aro, mis cualidades eran principalmente físicas. Pau lo tiene todo", aclara Jiménez, que no descansa de desmitificar: "Tampoco fui el primer alero alto, por mucho que la gente lo repita. A finales de los años 70 ya había una transición de dentro hacia afuera. La diferencia es que mi caso fue exitoso. La plata de Los Ángeles, las ligas con el Barça... Eso me dio más renombre, el ala-pívot que juega de alero", anota.

Con el paso de los años, Jiménez volvería a jugar de 4, más cercade la zona. La experiencia es un grado. "Lo de jugar de alero en los años anteriores era parte de una estrategia para atacar mejor a los rivales. Con los años, mis condiciones innatas me situaron adonde más me correspondía, en la pintura. Fui jugando menos minutos, pero los aprovechaba. Era como Felipe Reyes ahora. La veteranía me ayudaba a resolver lo que antes habría sido imposible", dice.

El asunto curioso es que Andrés Jiménez, pese a su dilatada carrera deportiva, no dejó de actuar desde la pintura. Había estudiado Artes Aplicadas y firmaba como Jimix caricaturas con las que se ganaba unas pesetas añadidas en sus primeros años como deportista. También puso su muñeca al servicio de la publicidad. La creatividad en la cancha, en aquellos tiempos, se trasladaba al papel y a los carboncillos. "Dibujaba una tira semanal en una revista, pero acabé dejándolo. El baloncesto profesional es muy exigente. Quizá no debería haberlo abandonado del todo. Pierdes el trazo y ya no sale tan fresco como antes", lamenta el carmonense.

De la pintura a la escritura. Entre otras labores, Jiménez se ha dedicado recientemente a escribir columnas para la prensa de Barcelona, sobre cuestiones deportivas y sobre lo que surgiera. A diferencia de otros deportistas de élite, el apagón de los focos que provoca la retirada ha sido de lo más llevadero. "Nunca me interesó la popularidad ni el estrellato. Todo lo contrario. Lo llevaba bastante mal, por eso alguna vez se me tachó de distante e incluso de antipático. No echo de menos el baloncesto. Sabía que no quería entrenar. Mantengo relación con la federación y con la asociación de jugadores. Así mato el gusanillo", explica.

Como ex deportista de alto nivel, desde la altura, observa cómo existe una tendencia en la sociedad de usar al profesional. También en política. Está el proceso catalán, para el que Jiménez realiza un bloqueo de antología. "Cuando se pregunta a los jugadores en activo, más que interesar su punto de vista, se usa su opinión como arma arrojadiza. Sé de muchos que se han negado, no quieren señalarse", comenta. ¿Y la opinión de un jugador retirado? "Es más difícil que estar en un lado o en otro. Noto interés por radicalizar la situación y los ciudadanos son justamente lo contrario. Es interés político. Ahora vienen los hitos del calendario y sólo hemos empezado a ver lo que se viene encima", dice.

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