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Ya sólo falta un pilar: N'Diaye

  • La aparición de Kadir en la Copa, unida a las buenas maneras de Piccini, debe acabar por asentar el equipo. El senegalés otorgaría el músculo que hoy se añora.

Los últimos fichajes realizados por la secretaría técnica del Betis han venido a reforzar un equipo que antes de este último arreón daba la impresión de ser uno más de la categoría de la que ominosamente forma parte. La tan criticada mala planificación cuando, muy entrado agosto, el equipo sólo ofrecía malas señales podría haberse enderezado con estas últimas llegadas, todas realizadas a raíz de la renovación de Rubén Castro, que obró un tanto como punto de inflexión.

Molinero, Dani Giménez, Casado, Bruno y Dani Pacheco no habían generado apenas ilusión en una hinchada que reclamaba fichajes con más empaque, máxime cuando el club había acometido alguna renovación más que sospechosa y no acababa de dar salida a algún descarte que se resistía. En el terreno de juego se plasmaba todo y sólo Rennella, otro de los nuevos pese a haber firmado un poco antes generaba ilusión en la pretemporada.

En ésas afrontaba el Betis su presentación en casa ante la Fiorentina después de una gira británica en la que las noticias positivas brillaron por su ausencia. Ese día, lunes 11 de agosto, se sentaba en el palco un nuevo futbolista que unir a los seis anteriores. Álvaro Cejudo regresaba a la casa en la que formó y pronto demostró el pontanés que iba a elevar el listón: por calidad, por veteranía y por compromiso.

Un día más tarde llegaba la buena nueva de la renovación de Rubén Castro y, junto a Adán, el Betis se aseguraba uno de los pilares para que el retorno a la Primera División no se haga esperar.

Con todo, las noticias en defensa seguían siendo negativas y la llegada de un central se hacía perentoria. El equipo sólo contaba con tres, Perquis, Jordi y Caro, y ninguno ofrecía un nivel acorde con lo que se exigía, si bien en esta zona es vital el acoplamiento de la pareja y Perquis y Jordi jamás han jugado bien cuando lo han hecho juntos.

Y diez días después, llegó N'Diaye, quien pese a no ser un central podría suplir esta carencia si Julio Velázquez lo considera oportuno y no asoma ninguno que esté en paro ya con el mercado cerrado.

El lateral derecho se dobló con Piccini, quien en teoría, por lo mostrado en su estreno en Ponferrada, debe salir vencedor en su competencia con Molinero. El italiano tiene fútbol y si los centrocampistas trabajan mejor las coberturas, el Betis debe permitirse el lujo de jugar con dos laterales ofensivos como él y Álex Martínez.

El último en llegar al equipo y en aparecer fue Kadir, quien ante el Llagostera demostró ya que está más de un punto por encima del nivel medio del equipo. El franco-argelino debe liderar el ataque junto a Rubén, ya sea posicionado detrás de él o en cualquiera de los flancos, preferentemente el derecho, donde mostró desborde.

La entrada de Kadir podría suponer la salida del once ideal de Jorge Molina o Cejudo, aunque falta por saber dónde situará Velázquez a quien debe convertirse en otro de los pilares del equipo, N'Diaye. El Betis precisa de su músculo en el mediocampo pero, igualmente, de su autoridad y salida de balón por potencia en la zaga. Si ésta es la gran duda, la otra es si el técnico cambiará el sistema para que Rubén Castro, Jorge Molina, Álvaro Cejudo y Kadir le quepan en el once.

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