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Verticalidad a pelotazos

  • Encomendado a la pegada, el Betis no genera fútbol y no sabe defender.

En sólo cuatro jornadas el Betis ha descubierto todas sus vergüenzas. Débil, demasiado débil atrás, escaso juego en el centro del campo y toda la suerte fiada al acierto de los de arriba. Con esos argumentos es complicado ascender, ya que, como en cualquier deporte de anotación, la base del juego es defender bien y el conjunto de Velázquez, no sólo la zaga, no lo hace. No sabe.

Defensa

La retaguardia es un coladero. El Albacete se dio cuenta de ello y en la segunda parte no paró de buscar la espalda de los laterales, especialmente de un desafortunado Casado, superado una y otra vez. Otra cuestión es la de los errores (continuos) en los despejes. Esta vez no hay entrenador de despejes al que señalar y en una cuestión tan básica muchos quedan retratados. De ahí, de un error de Perquis, que sin embargo sí que estuvo bien al cruce, nació el tanto del Albacete, en un centro desde la izquierda, el costado de Casado.

Con todo, igualmente es justo decir que el centro del campo no ayudó. El agujero en la medular, pese a contar con dos o tres futbolistas en el campo, es tremendo, ya se sea por desajustes o por falta de atención. N'Diaye, el jugador que debía ser referencia de este equipo en la categoría, no apareció casi en ninguna faceta; Lolo Reyes tuvo que retirarse por un golpe cuando era el único que daba equilibrio al conjunto de Juio Velázquez y Matilla bastante tiene con intentar conectar con los de arriba, como para ponerse a mirar atrás. Lo que es preocupante es que si con seis futbolistas el Betis no es capaz de controlar su retaguardia ante llámese Chumbi o Yuri la semana pasada, hay un problema grave.

Ataque

Sin un centro del campo que domine, organice y muestre mayor calidad que el rival, los balones no llegan arriba. Solución: pelotazos en busca de la verticalidad. En la primera parte los centrales eran los encargados de conectar con Rubén Castro y Cejudo en las bandas, pero el siguiente paso, el último pase que debe ser definitivo o el remate a portería, se convierte en un problema serio. El primer disparo entre los tres palos del Betis llegó en el minuto 28. Un chut lejano a las manos del portero. Con la entrada de Kadir el cuadro heliopolitano encontró otra vía de ataque. Un poco de descaro y conducción entre pelotazo y pelotazo. Al final el Betis metió al Albacete en su campo más por acumulación de hombres (Rennella compartió delantera con Jorge Molina), acciones a balón parado y miedo del rival, que por fútbol y ocasiones reales.

Virtudes

Sin fútbol, sólo queda encomendarse a la llamada pegada de Rubén Castro, Jorge Molina, Cejudo o Kadir. Sin eso, no queda nada.

Talón de Aquiles

Todo el sistema defensivo es un problema: un día Yuri hace un hat-trick, otro Chumbi coloca un cabezazo en la escuadra. Cualquier juego empieza desde la defensa.

Uno por uno

Adán Apenas tuvo que intervenir. Imposible hacer algo en el gol de Chumbi.

 

Molinero De menos a más. 

 

Perquis Bien en los cruces y activo en ataque a balón parado. Mal en los despejes.

 

Jordi Incapaz de sacar el esférico jugado, siguió el plan: pelotazos hacia arriba.

 

Casado Un chollo para el Albacete, que atacó por su banda una y otra vez. Desbordado y sin ayudas.

 

N'Diaye Pasó desapercibido y eso es un problema para el Betis. Llegaba siempre tarde a las acciones y no arrancó nunca. 

 

Lolo Reyes Apretó los dientes para intentar controlar el centro.

 

Matilla Está para todo: faltas, córners, enganche, robar...; quizá mucho y se queda a medias.

 

Cejudo Activo en la primera parte.

 

Rubén Castro Destellos fugaces, pero si no llegan balones arriba...

 

Jorge Molina Sin opciones.

 

Kadir Intentó algo diferente. Necesita más minutos.

 

Rennella Generó peligro sólo con su presencia.

 

Nono Peligro a balón parado.

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