Fútbol · Segunda División B

De las manos a las botas

  • El guardameta del segundo filial José Antonio Caro debutó el domingo con nota en el Sevilla Atlético. El juego con los pies, entre sus virtudes.

Apenas habían transcurrido 13 minutos de Liga cuando Beto, portero titular del primer equipo, se vio obligado a abandonar el terreno de juego del Sánchez Pizjuán por una lesión. El primer pronóstico dictó entre cuatro y cinco semanas de ausencia. Sin embargo, las alarmas no comenzaron a sonar hasta que Barbosa, segundo guardameta, sufrió una rotura fibrilar tras el encuentro ante el Espanyol. Otras cuatro o seis semanas de baja. De repente, todas las miradas apuntaron a los metas del filial. La ocasión forzó una carambola que los elevó una categoría en el organigrama del club: los del primer filial al grande y los del segundo filial al Sevilla Atlético.

Existía una cierta inquietud en el club. Se habló incluso de contratar a un portero. Pero no. Los chavales se han estrenado con nota en sus importantes reválidas de septiembre, como pupilos aplicados que son. Es el caso de José Antonio Caro (20 años), que el domingo debutó en el Sevilla Altético con el mejor premio que puede recibir un portero: dejar su red limpia y planchada, como nueva, como si la hubieran recién sacado de la lavandería. Limpia e impoluta fue también la actuación de Caro, que salió indemne de una dura prueba de artillería pesada frente a El Palo. "Me sentí bien. Seguro y arropado. Los compañeros me ayudaron mucho para que todo saliera a la perfección. No puedo quejarme del debut, la verdad", explica Caro.

Claro que también tuvo que ver la circunstancia de haber coincidido con muchos de los compañeros en el equipo juvenil de División de Honor, el campeonísimo. Carlos Fernández, Borja Lasso, Garrido, Modesto, Matos son casi de la familia. Así lo explica el portero de La Palma del Condado: "Con ellos es más fácil. Nos conocemos muy bien desde que empecé en División de Honor".

Aunque, antes, Caro había pasado por el conjunto juvenil de Liga Nacional. Fue un año en el que compartía competición con el Siempre Alegres de La Palma y entrenamiento con el club sevillista. "Era mi equipo de toda la vida. Pero aquel año Chesco -actual técnico del Sevilla C- quiso que entrenara con ellos. Y así lo hacía, una vez a la semana. Era la temporada 2010-11. Al año siquiente pasé al de División de Honor, ya con Agustín López". Aquel fue el equipo de los éxitos.

Comprobado el éxito de su debut y visto que sus mayores lo han bordado igualmente en las plantilla superiores, Caro ve factible repetir la semana que viene. Desde el otro lado del teléfono explica que ayer entrenó con el primer filial, sin saber aún si tendrá que volver a defender la portería del Sevilla C frente al Gerena, en la jornada intersemanal que se disputa mañana. Sin él, el segundo filial encajó tres goles el domingo. Pero renuncia a ponerse medallas. "Fernando -segundo del Sevilla C- está completamente preparado. Ante el Sanluqueño no salieron las cosas bien, pero es un gran guardameta", anota Caro.

Entre sus virtudes destaca el extraordinario juego con los pies, algo de lo que se percató todo aficionado que lo vio el domingo en la ciudad deportiva. Son varios los motivos: de un lado, el trabajo de los preparadores del club. Del otro, su pasado como jugador de campo en fútbol sala. Claro que cosas como la coordinación o la rapidez mental son también características con las que se nace. Y al club sevillista, visto lo visto, le han nacido porteros para rato.

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