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Bacca, de bruto a neto

  • El Sevilla premia al goleador subiéndole la ficha en torno al 40%, un inmejorable estímulo para que reactive su rendimiento. El contrato del colombiano sigue expirando en 2018.

Carlos Bacca, acaso el gran referente de la actual plantilla sevillista tras la marcha de Rakitic y Fazio, y cuyo rendimiento había decaído en sus últimos partidos, disfruta desde este martes del mayor estímulo posible para que un profesional se entregue sin reservas en su trabajo: una suculenta mejora en sus emolumentos. 

El club, como convino con el propio goleador antes de que éste se marchara con Colombia a la Copa del Mundo de Brasil, ha premiado el excelente rendimiento del colombiano mejorándole la ficha anual en torno al 40%. Posiblemente, Bacca se dejará ver menos desde ahora por los despachos del Sánchez-Pizjuán. 

José Castro, Monchi y el delantero escenificaron este martes el acuerdo al firmar el contrato ante los medios de comunicación. Luego, el presidente y el director deportivo se marcharon para que el nueve expresara ante la prensa lo satisfecho que este miércoles embarca rumbo a Rijeka. 

No ha sido una ampliación de contrato, simplemente una revisión. Permanece el 30 de junio de 2018 como fecha en la que concluirá la relación laboral entre jugador y club. Tampoco han tocado la cláusula de rescisión por si algún Tottenham del fútbol europeo da el paso. Y no parece viable que el próximo verano, Bacca siga los pasos de Fazio, ya que el pretendiente tendría que depositar 30 millones de euros más IVA, tres veces más de lo que hicieron los Spurs para llevarse al gigante argentino. 

Bacca ha multiplicado su valor de mercado desde que llegó procedente del Brujas en verano de 2013. El Sevilla abonó al club belga por el traspaso 7 millones de euros. Y después de haber marcado nada menos que 21 goles en su primera temporada de sevillista -14 en la Liga, 7 en la Liga Europa- no es exagerado afirmar que el colombiano ha doblado su valor de mercado un año después. Por eso el Sevilla le ha doblado también su soldada. 

¿Quiere ello decir que el vínculo de Bacca con el Sevilla se ha blindado? Nada de eso. La cláusula de rescisión es la misma, como la duración del contrato. Simplemente, se trata de una gratificación, de un premio para que el chico se centre en su trabajo en la ciudad deportiva y el estadio. Percibir unos 3 millones de euros brutos al año lo equipara a los mejor pagados del vestuario -Gameiro, M'Bia, Reyes- y eso sella plenamente el compromiso del sudamericano con su club. Pero eso no aleja la posibilidad de que Bacca sea el siguiente gran traspaso del Sevilla. Si Bacca se mueve en unas cifras similares a las de la pasada campaña, algún club poderoso del continente puede llamar para ofertar una cifra que no se acerque a los 30 millones de la cláusula, pero que satisfaga a los rectores nervionenses. No hay que olvidar que Bacca cumplió el pasado 8 de septiembre 28 años y su margen de mejora no es ya el de un chaval de veintipocos. 

El propio protagonista, que no tiene representante -"mi representante es Dios y lo que yo haga en el terreno de juego", proclamó este martes-, reconocía que pretendientes ya los hubo este verano recién concluido: "Hubo varios clubes de España, muchos de Inglaterra, también alemanes e italianos, pero lo que era bueno para Bacca no lo era para el Sevilla y viceversa". 

El club de Nervión movió ficha antes de que el de Barranquilla se marchara con Colombia al Mundial. De lo contrario, cabía el riesgo de que Bacca volviera a Sevilla con la mente en otra parte. "Me comprometí con Monchi antes del Mundial y él conmigo también. Si no llegaba un club pagando la cláusula de rescisión (30 millones de euros), seguiríamos vinculados". 

Bacca valora que el Sevilla "no tenía la obligación" de revisarle el contrato, pero "en vistas de que las cosas salieron bien, me lo han mejorado. Lo que han hecho es muestra de que están muy contentos conmigo, de lo que le he dado al equipo y de lo que puedo seguir dándole. Quiero seguir dando muchas alegrías aquí. Ahora sólo espero devolvérselo en el campo". Y eso, justo eso, es lo que pretende la entidad, que su punta de lanza apunte sólo a la portería contraria y no gire su mirilla a los despachos por sentirse agraviado con algún jugador de la plantilla. 

Junto a la subida del sueldo en un 50 por ciento, el colombiano cuenta con otro aliciente mayúsculo para apretar a tope cuando el balón eche a rodar: el regreso al trabajo con el grupo, desde el pasado lunes, de Kevin Gameiro. El francés también hizo 21 goles la pasada temporada -con cinco partidos menos, 47 por 52- y la competencia entre ambos los ayudó a elevar el nivel.

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