Deportes

Maridos de Aitana y amigos de por vida

Son amigos íntimos y naturales de Alcoy. Aunque no estudiaron en el mismo colegio, las ligas menores de la localidad edetana obraron como punto de arranque para una relación más que consolidada ya superada por ambos la treintena. Julián Cerdá Vicente (9 de agosto de 1981), Juli en las alineaciones, y Jorge Molina Vidal (22 abril de 1982) eran apenas unos críos cuando daban patadas a un balón soñando con jugar en Primera.

En los juveniles del Alcoyano coincidieron por vez primera vistiendo la misma camiseta, la blanquiazul del propietario de El Collao, y, salvo un paréntesis de tres años en los que Juli jugó en el Alicante y el Castellón y Jorge en el Benidorm y el Gandía, sus carreras deportivas tomaron rumbos paralelos. Precisamente, el regreso del hoy bético al Benidorm en 2005 propició el reencuentro. Y tras dos temporadas, ambos hicieron las maletas y abandonaron por primera vez tierras levantinas, rumbo al Ejido, el equipo que los situó en el mapa futbolístico. Una eliminatoria copera librada frente al Villarreal (5-0 y 1-1) consagró a Jorge Molina, autor de cuatro goles, pero en octavos el Espanyol (3-2 y 1-0) evitó una gesta mayor. Pasó por el valor doble de los goles fuera en un polémico partido de vuelta en Montjuïc. En aquella eliminatoria marcaron los dos. A la siguiente temporada cogieron las maletas y se fueron al Elche.

Jorge besó la cumbre con 27 goles y cumplió su sueño de jugar en Primera. Firmó por el Betis y ascendió al año; Juli hizo lo propio con el Rayo, pero éste lo cedió al Asteras griego. "Jugué en Primera, pero en Grecia. En España no lo he logrado, pero aún me quedan años y tengo esa ilusión. El fútbol da muchas vueltas", se esperanza el habilidoso mediapunta, que ha perdido la titularidad en el Alavés.

Si no lo hubieran acostado a las bandas, algo normal con los delanteros menudos (Juli mide 1,70), quizá lo habría logrado ya. "Posiblemente. Podría haber explotado con 12 ó 15 goles un año y... Pero nunca me consideré un goleador, soy de los que se alegra más dando el último pase", admite. "Es un trabajador nato, le encanta entrenarse y jugar y seguro que le irá bien", destaca de él su amigo Jorge.

A Juli incluso se le ve el plumero. "Es un goleador a la antigua usanza, que aguanta el balón, cae a las bandas, va bien de cabeza; una especie en peligro de extinción y el mejor delantero de la categoría. ¿Rubén Castro? Bueno, quizá me pueda algo la amistad", sonríe.

En 2000, junto con Pepe Aroca, a la sazón entrenador del Alcoyano, y Juanmi Sancho, crearon el Campus Ciudad de Alcoy, que en verano de 2014 celebró su XIV edición. Albiol, Juanfran y Palop, entre muchos otros, han pasado por allí e impartido su magisterio. Los últimos años se concentran unos 150 niños. "Nos gusta mucho, dormimos con los niños en tiendas y eso ha fortalecido nuestra excelente relación", apunta Jorge.

"Hablamos casi a diario y lo haremos antes del partido. No nos vemos desde el verano", dice Juli impaciente por el reencuentro. "Tenemos un grupo de whatsapp, pero esta semana no hemos dicho nada especial. Algo caerá, pero no somos de picarnos", abunda Jorge. "Lo usamos sobre todo para darnos ánimos", añade el alavesista.

Sólo se han enfrentado el primer año que se separaron. Aquí, ganó el Betis 4-0 al Rayo y no jugó ninguno; allí fue 1-0 y sólo Jorge saltó al césped. Hoy, en principio, ambos serán suplentes, aunque igual acaban cruzándose estos dos amigos que hasta el nombre de sus mujeres lo tienen en común. Ambas se llaman Aitana, topónimo tomado de la cercana sierra homónima perteneciente a la Cordillera Bética.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios