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La erosión que no llega

  • El Atlético, pese a sus dos últimas derrotas a domicilio, mantiene su alto nivel competitivo. Nueva versión menos segura pero con más profundidad.

El desmantelamiento impropio en un campeón de una liga tan fuerte como la española, enfermedad que la LFP, de la mano del Gobierno, tratará de enmendar con el nuevo reparto televisivo a partir de 2016, no ha mermado la competitividad del Atlético de Simeone. La marcha de futbolistas de peso como Courtois, Diego Costa, Filipe Luis y hasta Villa ha sido paliada por Gil Marín con la llegada de futbolistas que parecían de un nivel inferior, pero que a los que Simeone les está sacando un rendimiento extraordinario, sobre todo en los casos de Griezmann y Mandzukic, pero también en los de Siqueira o Moyà. Saúl Ñíguez, que no estará hoy, ha insuflado nueva energía a esa potentísima línea medular que es la clave de este equipo rocoso, mientras que Miranda, Godín, Gabi, Tiago, Arda Turan y Koke continúan formando la columna vertebral.

Pese a los cambios en los nombres, el vigente campeón de Liga mantiene intactos su pulso competitivo, esa tensión rayana en la virulencia, y la pegada. A las cifras goleadoras de sus dos nuevos delanteros, 14 tantos de Griezmann y los 12 de Mandzukic, se suman las aportaciones de hombres de la segunda línea como el propio Saúl Ñíguez, Tiago o el siempre efectivo Raúl García.

Con todo, el Atlético ha perdido parte de su invulnerabilidad. En lo que va de 2015, ha jugado seis partidos a domicilio entre las tres competiciones y sólo ganó en Éibar. Cayó dos veces en el Camp Nou y también en Vigo y Leverkusen. Con la concentración del calendario ha respondido irregularmente, pero apenas ha perdido cinco partidos en la Liga, dos menos que el Sevilla.

sin balón

El Atlético más fiel a su entrenador es el que se mueve sin balón. Simeone logra inculcarles a sus jugadores, incluso a los recién llegados, que les va la vida en cada pelota, como si la honra de su madre estuviera en entredicho por que un rival les ganara el duelo individual. La solidez defensiva continúa intacta gracias a ese formidable tándem de centrales que forman Miranda y Godín, ayudados ambos por Juanfran, generalmente, en la derecha, y Siqueira en la izquierda. El brasileño está tocado y hoy podría jugar Ansaldi o Jesús Gámez a pie cambiado, algo que ya ha probado el técnico argentino.

Pero la madre del cordero está en esa presión inmediata tras cada pérdida que ordenan Gabi y Tiago en la medular, a la que responden todos al unísono. Si acaso Mandzukic es el que tiene más libertad, pero Griezmann ayuda muchísimo en el repliegue.

con balón

Mandzukic es un faro idóneo para el juego directo y se compenetra muy bien con el dinámico Griezmann. Si tiene que buscar los resquicios por abajo ante un rival replegado, Koke y Arda Turan encuentran las vías con precisión mientras que los laterales se suman con profundidad y desdobles letales. Y Raúl García empuja por todo el frente del ataque. En la estrategia es mortal, incluso en los saques de banda: Siqueira pone la pelota en el corazón del área desde la izquierda.

lo mejor

La competitividad y la nueva pareja que forman Griezmann y Mandzukic, muy bien adaptada.

lo peor

Poca frescura ante el cúmulo de partidos. Se descentra ante decisiones arbitrales contrarias.

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