Rafa Nadal salió vencedor del duelo nacional en los cuartos de final del torneo de Montecarlo, tercer Masters 1.000 de la temporada y que se disputa sobre tierra batida, tras derrotar este viernes en cuartos a David Ferrer en una dura batalla de tres sets, citándose con el serbio Novak Djokovic por un puesto en la final.

Los espectadores del Principado habían vivido un día con poco tenis y llegaban esperanzados en que el choque entre Nadal y Ferrer les diera un poco de espectáculo. Y así fue, porque los tres anteriores choques de cuartos habían alcanzado entre todos las dos horas y media, 15 minutos menos de lo que duró el encuentro entre los dos españoles.

El balear se llevó el partido tras dos horas y 45 minutos por un marcador de 6-4, 5-7 y 6-2, tomándose la revancha del año pasado ante el de Jávea, que lo había derrotado en esta misma ronda en una cita que ha conquistado en ocho ocasiones, todas consecutivas de 2005 a 2012. Y Ferru lo volvió a intentar, ayudado por su agresividad, la que le hizo forzar un tercer set cuando parecía tener perdido el choque ante un Nadal que había levantado un muro, pero que como el día anterior frente a Isner, le costó cerrar el partido.

Nadal obligó a Ferrer a ir casi siempre a remolque en un partido que comenzó como se preveía, con largos y duros intercambios entre ambos jugadores, dispuestos a vender cara su derrota desde el fondo de la pista. El balear fue amenazante desde el primer juego al resto y en el siguiente ya le robó el saque a su rival para ponerse por delante.

Más errático, el alicantino cedió de nuevo su servicio en el séptimo juego, justo después de haber desaprovechado una opción de rotura, y aunque recuperó al instante uno de los dos breaks para poner algo de emoción, Nadal no perdonó con su servicio.

La ventaja en el partido afianzó en la pista aún más al ex número uno mundial y Ferrer comenzó a sufrir más. Nadal rompió los dos primeros saques del de Jávea y tomó una ventaja que parecía poco probable que dejase escapar. Pero Ferru no se rindió y elevó su agresividad en sus golpes, lo que le permitió cambiar el guión del partido.

El balear no bajó su tenis, pero el aumento de intensidad de su rival provocó que no pudiese aprovechar su buena ventaja, incapaz de cerrar con su saque en esta ocasión el set y el partido. El nueve veces ganador en Roland Garros mandaba 5-3, pero se quedó clavado ante la reacción del alicantino, que se llevó cuatro juegos seguidos para algarabía de la grada.

De todos modos, Ferrer gastó mucha energía en su remontada y llegó menos ligero a la manga definitiva. Una vez más en el partido, Nadal se hizo con la iniciativa con un break tempranero y esta vez no dio concesiones para clasificarse para las semifinales.

Ahí lo espera Novak Djokovic, que sigue con paso firme en la cita monegasca, donde aspira a convertirse en el primero en ganar los tres primeros Masters 1.000.