Liga Adelante

¡A la Primera!

  • El Betis no deja escapar la opción de sellar matemáticamente su ascenso y despacha al 3-0 Alcorcón con fiesta grande en el Villamarín

Como debe ser. Sin dejar resquicios a las dudas. Sin alargar nada. Sin dar la menor opción para que otros hicieran números. En una noche electoral de nervios, vuelcos y estrecheces, el Betis regresó a Primera División a la primera oportuinidad. Un año nada más y vuelve a su sitio. 12º ascenso. El que más. Y a falta de dos jornadas, como campeón de Segunda. Qué más dan las estadísticas cuando lo importante era volver.

Había margen. Y qué. Fallar habría dado pie a las dudas y a las cábalas, así que el Betis hizo su trabajo y no dejó la menor opción a un rival que nunca bajó los brazos buscando dar una buena imagen en un partido de máximo seguimiento. Mel puso a los habituales, el Betis jugó como casi siempre y el resultado devolvió la sonrisa al bético. A primera otra vez. Con un campo lleno deseando ver de nuevo a los equipos que deben visitarle.

No jugó el Betis particularmente bien. Como en cualquier otro partido de esta época de Pepe Mel en la que los números han sido espectaculares. Medio error y gol del Betis, y así se hace muy cuesta arriba a cualquier rival discutirle los puntos al ya campeón de la categoría.

Le ocurrió al Alcorcón como le ha ocurrido a la mayoría de rivales. Mucho ánimo, mucha buena intención pero a la hora de la verdad el que tiene el gol es el Betis y lo volvió a demostrar. Un error en la salida del balón de los madrileños, N'Diaye cede a Portillo y éste busca a Jorge Molina, que da un pase estupendo a Rubén Castro que el canario convierte en medio gol con un control que le deja solo en carrera y que adorna picando la pelota para superar a Javi Jiménez. Éxtasis en Heliópolis.

En efecto, medio error y el Betis ganando. El resto del encuentro, prácticamente, sobró porque el Betis nunca permitió que se complicara la tarde-noche. Todo lo contrario. El Alcorcón se marchó con varias aproximaciones en condiciones pero sin un solo disparo a puerta. Otra de las claves del meteórico ascenso: concede poquísimo atrás.

El segundo acto fue prolongación de la esperada fiesta en la Palmera. A los cinco minutos Dani Ceballos sufrió un penalti tan claro como absurdo en pleno caracoleo y Rubén Castro zanjó el tema. A Primera. Y punto.

El gol de Jorge Molina a mitad del segundo tiempo no hizo sino desbordar la alegría de la sufrida parroquia bética, impecable toda la temporada y que sin duda merecía que el equipo respondiera a su entrega. A fe que lo hizo. Fue cambiar el timón presidencial, dar por terminada la época de Velázquez y resurgir la mejor plantilla, a años luz del siguiente, de la categoría. Pero además de ser mejor hay que demostrarlo y el Betis ya no paró de hacerlo desde diciembre. 

El diluvio final –¡qué diluvio!– fueron lágrimas de alegría ¡A primera! ¡Y que dure!

 

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