Intensas horas de trabajo en las oficinas del Benito Villamarín. La dirección deportiva, encabezada por Eduardo Macià, se puso manos a la obra para desenquistar las operaciones relativas a las llegadas que parecían atascadas en las últimas fechas por diversos factores.

El primer capítulo que se cerró en este sentido fue el de Germán Pezzella. Según se apuntó a media tarde de este miércoles desde Argentina, River Plate y Betis por fin superaron las diferencias existentes en la negociación y cerraron el pase del zaguero, quien continuaba entrenándose con los millonarios a la espera de que el acuerdo, de una vez por todas, quedase plasmado tras los vaivenes de los últimos días.

Finalmente, y tras muchos tiras y aflojas, parecen haberse superado todas las trabas y el club verdiblanco abonará unos 2,25 millones de euros por el 50% del pase del central de 24 años, quien firmará un contrato para las próximas cinco campañas con la entidad heliopolitana. Esta cantidad fija podría verse aumentada según diversos pluses por diferentes objetivos.

Así las cosas, con este acuerdo River Plate mantiene un 30% de los derechos de Pezzella, mientras que la familia del central mantiene el 20% que ostentaba. Con todo cerrado llegará el momento de que el argentino viaje a Sevilla, donde, salvo sorpresa mayúscula, los rectores lo esperan el próximo viernes para pasar el pertinente reconocimiento médico previo a oficializar el fichaje.

También el propio viernes, la directiva bética espera la llegada de otro de los refuerzos de cara a la próxima temporada, quizás el más exótico de la Liga, el del egipcio Tarek, quien ha demostrado ya en varias entrevistas sus ganas de hacerlo bien en su primera aventura española.

El joven de 23 años, que puede desenvolverse tanto por el lateral zurdo como en el puesto de central, es una de las apuestas de Eduardo Macià, ya que incluso aseguran que seguía sus evoluciones durante su etapa en la Fiorentina. Su contratación, pese a estar casi cerrada desde fechas atrás, no se ha hecho oficial por el club verdiblanco, y su llegada no cerraría la puerta a un nuevo zaguero.

El último de los capítulos que prácticamente quedó finiquitado este miércoles fue el de la contratación del extremo. Tal y como se ha venido informando en estas páginas desde días atrás, entre los papeles de Macià y Pepe Mel sobresale un nombre con respecto al de los demás: Hernán Pérez.

El paraguayo, cuya contratación ya intentó el pasado mercado de invierno el club verdiblanco, vería con buenos ojos aterrizar en un club con la exigencia del Betis, una motivación para recuperar su mejor nivel, ese que quedó lastrado por una lesión importante durante su estancia como cedido en el Olympiakos.

Las posturas para su contratación quedaron bien cercanas en la mañana de este miércoles, cuando el agente del futbolista estuvo reunido con los rectores verdiblancos para sentar las bases de un acuerdo que se antoja cercano, tanto que incluso este mismo jueves podría pasar el pertinente reconocimiento médico.

"Estamos negociando, el jugador ha tenido ofertas de muchos clubes que se han interesado en hacerse con sus servicios", aseguró al Diario As su agente, Horacio Gaggiolo, quien reconoció que la opción verdiblanca atrae mucho a su representado: "Se trata de un club muy importante y él lo sabe. Conoce al Betis y una de sus prioridades siempre fue la de quedarse en la Liga española. Aquí creció como jugador y le atrae la idea de seguir en España".

Mientras, el futbolista, que espera en Barcelona noticias de su agente para viajar a Sevilla con el fin de sellar su compromiso con la entidad heliopolitana, se desvinculó del Villarreal escasos días atrás y quedó libre de su compromiso con el Valladolid después de que el equipo pucelano no consiguera el ansiado ascenso, por lo que su llegada a Heliópolis no supondría un desembolso importante para las arcas béticas.

Otra de las bazas que juega a favor de Hernán Pérez es que no ocupa plaza de extracomunitario, puesto que pese a haber nacido en Paraguay cuenta con pasaporte italiano.

Con todo, el Betis parece haberse puesto las pilas en las últimas horas en las incorporaciones mientras que las salidas aún no terminan de arrancar.