Corría el año 2003 cuando al Celta llegó un joven delantero de 19 años llamado Mido. El espigado atacante llegaba procedente del Ajax como cedido después de haber goleado tres campañas antes en el Gent belga, con el que consiguió el Botín de Oro del país gracias a sus numerosos tantos.

Mido sólo estuvo seis meses a préstamo en la ciudad gallega, lo suficiente como para dejar huella -de hecho, el club gallego trató de firmar al atacante en propiedad pero fue imposible-. Ocho partidos y cuatro goles bastaron al de El Cairo para ayudar al equipo que por entonces dirigía Miguel Ángel Lotina a meterse en puestos de Liga de Campeones. Pero, más allá de por sus tantos, el ariete hizo historia también por haber sido el primer egipcio que debutaba en la Liga.

Doce años después, un nuevo futbolista de este país seguirá los pasos del mítico atacante, considerado todo un ídolo en su país. Tarek, quizás el fichaje más exótico de la Liga, que llegó el viernes a Sevilla, será el segundo jugador de Egipto que dispute la competición doméstica, toda vez que falta la oficialidad por parte del club acerca de su contratación.

Apenas unas horas después de su aterrizaje en la ciudad hispalense, el futbolista ya se siente como uno más en la capital. De hecho, a través de las redes sociales -su Twitter, principalmente- no para de mostrar su alegría y agrado por haber llegado al conjunto heliopolitano. "Me encanta esta ciudad: Sevilla", instó el zaguero a través de su cuenta en esta red, instantes antes de lanzar otro mensaje con el que quiere ganarse el cariño de la afición: "Ciudad del Betis".