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La ilusión como punto de partida

  • El equipo arranca este lunes la pretemporada con tres caras nuevas y la fe de consolidar las bases del proyecto. La gestión de los descartes, uno de los aspectos negativos.

Poco o nada se asemeja el ambiente existente en el equipo que hoy echa a andar con el que lo hizo hace 358 días atrás. Los actores que golpearán la pelota serán los mismos -más los fichajes, claro-, sí, pero el sentimiento que flota es otro.

La ilusión por construir un Betis del futuro es el punto de partida de esta pretemporada, muy alejada de la tensión existente el pasado 13 de julio, cuando la necesidad por recuperar el orgullo, defenestrado por firmar el hasta entonces segundo peor registro de puntos de la historia de Primera, 25, y perder de forma consiguiente la plaza en la Liga BBVA.

Con Julio Velázquez como cabeza visible aquel proyecto, el barco cerca estuvo de hundirse. Más cerca del descenso que de los puestos de ascenso directo en varias ocasiones, el Betis dio un golpe de timón destituyendo al castellano-leonés y llamando a Pepe Mel, que regresó a su casa, de donde casi 13 meses antes lo habían echado -la mano de Juan Merino, técnico interino, también fue vital en este proceso de reconstrucción-.

El ambiente con el madrileño al mando mejoró de la misma forma que el equipo comenzó a obtener mejores resultados, hasta colocarse como líder de la competición. De ahí nadie lo bajaría y la inercia positiva lo llevó a recuperar su puesto en la máxima categoría del fútbol nacional.

Con esa misma ilusión arrastrada y contagiada por conseguir los objetivos marcados comienza a dar sus primeros pasos sobre el césped este nuevo Betis que tanto ha pregonado Eduardo Macià en sus comparecencias públicas.

Van der Vaart, Petros y Amro Tarek son las tres caras nuevas que de momento han llegado al proyecto, aunque sólo dos de ellos son oficiales -a día de hoy, el egipcio, la exótica apuesta del directivo valenciano, todavía no ha sido anunciado por el Betis como nuevo fichaje pese a que lleva por Sevilla desde el viernes conociendo la ciudad tal y como refleja a través de las redes sociales-.

Todo ello pese a que a todas las partes implicadas, sobre todo a Pepe Mel, les hubiera gustado que el grueso de las incorporaciones estuviera para la primera sesión de entrenamiento -este lunes a las 8:30 de la mañana a puerta cerrada- momento en el que los futbolistas superarán los pertinentes reconocimientos médicos, típicos de estas alturas de verano. La segunda sesión, con las gradas abiertas, está estipulada a las 20:00.

Otro punto negro en estos días ha sido la gestión de los descartes. Desde hace más de un mes, un nutrido grupo de futbolistas sabe que no cuentan para el proyecto en Primera División, pero ni el club ni sus agentes han sido capaces de buscarles acomodo, por lo que aparecerán por la ciudad deportiva con su futuro más que en el aire. Todo ello pese a que incluso alguno de los futbolistas pidió un par de días más para tratar de cerrar su futuro.

Así las cosas, tal y como anunció Juan Carlos Ollero el pasado viernes, "trabajarán al margen de sus compañeros" mientras se cierra su etapa en el Benito Villamarín. En este sentido, el malestar entre los descartes creció en las últimas horas tras saber que el club los ha citado a una hora diferente que el resto de compañeros.

Con todos estos ingredientes echa a andar el Betis de la temporada 2015/2016. Una campaña que debe servir para sentar los cimientos de un equipo que tiene que estar, como se han preocupado en repetir en innumerables ocasiones los rectores, a la altura de la afición, que responde con la retirada de abonos. Los 40.000 socios marcados pueden quedarse cortos.

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