Con el futuro en el alambre, idas y venidas diarias con reuniones con unos y otros, el Baloncesto Sevilla está inmerso en cuestiones más importantes de las que depende la subsistencia, aunque tampoco olvida otras parcelas para estar preparado en caso de que el nuevo proyecto salga a flote.

La parcela deportiva no es una cuestión baladí. De hecho no lo fue ya en la anterior campaña, cuando se gastaron recursos económicos para lograr la permanencia deportiva, si bien hay quien pueda pensar ahora viendo que no ha habido ni ascensos ni descensos que fue tirar el dinero. Tampoco lo es ahora, pues se trabaja, dentro de la prudencia de lo que pueda ocurrir la semana que viene, la próxima, la siguiente o cuando sea, para estar listos. El presidente de la entidad, Fernando Moral, ya dijo que en caso de salir adelante la intención es contar con Luis Casimiro como técnico. El manchego, como todos, espera a que haya fumata blanca, pero va diseñando la pretemporada para estar listo el 10 u 11 de octubre para iniciar el curso.

El entrenador cree que con cinco o seis semanas de preparación -es previsible pensar que trabajarían todos desde el principio porque no habría internacionales jugando el Eurobásket en la plantilla a los que esperar- sería suficiente para llegar bien al inicio de la Liga, por lo que los entrenamientos, siempre desde la prudencia por la situación actual que vive el club, arrancarían el 31 de agosto. La semana anterior se realizarían los pertinentes reconocimientos médicos.

Con el mes de julio a punto de expirar, en plantilla sólo hay cuatro jugadores con contrato: Radicevic, Oriola, Gallardo y Salash. Si bien es cierto que el cuadro hispalense es el único que no ha realizado ninguna incorporación en la ACB junto al Joventut, en el club no se alarman por esta circunstancia. La reducción del presupuesto será importante y se es consciente de que a estas alturas del verano, aún con la viabilidad firmada, sería difícil fichar. Si hoy te piden 10, en agosto te piden ya 50. Con esa filosofía se irá, cuando se pueda, al mercado, aunque el técnico espera contar con Berni Rodríguez. Habló con el malagueño para que esperara todo lo posible. Y así parece que lo hará. También intentó de retener a Penney, cuya intención inicial era quedarse, pero una buena oferta económica y la posibilidad de estar más cerca de su familia, precipitaron el fichaje del aussie por un equipo de su país.

En cualquier caso, habrá que firmar mucho, bueno y barato y será clave la figura de un director deportivo. Es una prioridad y no parece que cuente para ese trabajo José Luis Galilea, que la temporada pasada demostró no estar capacitado para llevar el peso de una parcela tan decisiva desde que aterrizó en el CB Sevilla. Cortó a Bamforth, apostó por Pullen, incorporó a jugadores como Watts o Thames, que no aportaron nada, y se negó a despedir a Roth hasta que la situación fue límite. Fichar a un director deportivo con experiencia es una idea que está sobre la mesa.