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Joaquín o dos fichajes

  • El Betis presiente que tendrá que pagar bastante dinero por el portuense, lo que imposibilitaría la llegada de otro jugador de calidad contrastada. El Rayo recela de Vadillo y Marco Rosa se va.

Las carencias del Betis no son tantas ni tan alarmantes como hayan podido evidenciarse a la fecha y, principalmente en el partido ante el Villarreal, en el que faltaron tres futbolistas que deben ser puntales como Digard, Dani Ceballos -su entrada mejoró el juego del equipo- y Van der Vaart. Pero ello no quita que tanto Eduardo Maciá como Pepe Mel y gran parte de la afición estimen que la plantilla precisa aún de dos o tres futbolistas que se conviertan en refuerzos de calidad, es decir, que arriben con la titularidad prácticamente garantizada.

Éste es el debate que se comienza a instalar en la sede del club verdiblanco una vez tienen la seguridad de que la llegada de Joaquín, que seguramente se va a producir, no va a ser a coste cero ni, siquiera, por esos 250.000 euros que el Betis ofreció en su día y que fueron tachados poco menos que de una ridiculez por la Fiorentina.

En ésas está en las últimas horas el representante de Joaquín, Eduardo Espejo, quien ha instado a la entidad viola a rebajar su pretensión inicial de 5 millones de euros y al Betis a subir su primer ofrecimiento.

Joaquín tiene contrato hasta el 30 de junio de 2016 -se ampliaría automáticamente por una temporada en caso de jugar más de 15 partidos- y la Fiorentina ya ha comunicado por activa y por pasiva que no lo dejará salir a no ser por una cantidad que lo ayude a compensar lo que gastaría en un sustituto, lógicamente más caro -se habla en las últimas horas del ex atlético Alessio Cerci- que Joaquín, quien ha cumplido ya los 34 años. Tampoco el Betis quiere pagar más de un millón de euros por un futbolista que hace dos años vendió el Málaga por poco más del doble.

Además, si el Betis tirase la casa por la ventana con el extremo portuense, no podría firmar a otro futbolista de garantías, ya fuese un delantero, un defensa central u otro extremo, puesto que parece reservado al joven Francis y a lo que puedan portar los interiores caídos a las bandas o algún lateral doblado en misiones ofensivas.

Volviendo a Joaquín, al que su familia espera en Sevilla, cumplió ayer su segunda jornada consecutiva sin entrenarse con la Fiorentina -lo hace, eso sí, de manera individual en el gimnasio-, actitud que ya está empezando a cansar a los directivos del club toscano y al propio entrenador, el portugués Paulo Sousa, aunque no tanto como las reiteradas declaraciones públicas del futbolista gaditano mostrando su deseo de regresar al Betis, circunstancia que, incluso, le podría acarrear algún tipo de sanción administrativa, aunque es complicado.

Siguiendo con el mercado, al Betis le ha surgido una fuerte competencia por Blaszczykowski y piensa también en otros futbolistas del Dortmund como Kampl y Grosskreutz. Al tiempo, la opción de firmar a Michu ha quedado prácticamente difuminada, mientras que Hajrovic va a dejar el Werder Bremen, según comentó ayer su representante.

En lo relativo a las salidas, ayer no quedó cerrada ninguna, ni siquiera la de Vadillo, toda vez que el Rayo Vallecano recela de una de sus rodillas tras los exámenes médicos y podría replantearse el fichaje del puertorrealeño o tratar de abaratar las condiciones del mismo.

Y si la imposibilidad del Betis de firmar a un delantero podría haber acercado al primer equipo a Marco Rosa, con quien Mel ya contó para entrenamientos el curso anterior, esta opción quedó ayer absolutamente descartada, toda vez que el club verdiblanco prescindió de sus servicios. La polémica surgida entre éste y los entrenadores, Juan Merino y Capi, a raíz de su agencia de representación, se han cobrado de momento la cabeza del joven.

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