Santiago del Campo, pintor y ceramista cordobés y afincado en Sevilla, falleció ayer a los 87 años de edad. El Sevilla envió una nota de pésame y elogió su figura a través de su web oficial, en donde ensalzó al autor de uno de los emblemas de los que más presume el sevillismo, el mosaico que preside la fachada principal del Ramón Sánchez-Pizjuán, creado por el artista fallecido para la remodelación de 1982, motivada por el Mundial.

"Del Campo forjó el mayor símbolo del Ramón Sánchez-Pizjuán -reza la nota oficial emitida por el Sevilla-, con una obra para la posterioridad con motivo del Mundial del 82, deja tras de sí una densa y notable carrera artística, así como el cariño de todo el sevillismo, que siempre le ha estado agradecido por su colosal creación". El luto está más que justificado por la pérdida de un artista cuya obra es uno de los símbolos de los que está más orgullosa la afición sevillista. Hasta tal punto tiene importancia el mosaico, ante el que se fotografían miles de aficionados de todos los equipos que visitan el estadio, que el escudo que pintó es la base del diseño del actual escudo del club.

Afortunadamente, el club llegó a tiempo para homenajearlo, tal y como se merecía el pintor y ceramista el pasado mayo. En los prolegómenos de la ida de la semifinal ante la Fiorentina, el 7 de mayo, José Castro le entregó al artista la insignia de oro y brillantes del club, el mismo escudo que él eternizó con sensibilidad y maestría en 1982. Descanse en paz.