Champions League: Borussia Mönchengladbach - Sevilla · La previa

La regularidad, ese Santo Grial

  • Dar con la tecla del equilibrio entre la imagen ante Madrid o Barça y la de Las Palmas o Anoeta es la clave. "Estamos en constante búsqueda", afirma un técnico.

Para un equipo como el Sevilla, que ha sido capaz de hacer doblar la rodilla a dos colosos como Barcelona y Real Madrid y de dominar en su estadio al Manchester City durante más de medio partido, la frustración pesa como una losa cuando luego, en campos como el del Eibar o el de la UD Las Palmas, acaba dominado por un rival inferior. ¿Actitud? ¿intensidad? ¿concentración? Está claro que en algún lugar, escondida en el vestuario, está la pócima para hacer que el Sevilla rinda como lo que siempre fue, un equipo temido y respetado en Europa allá por donde fue hasta conquistar por dos temporadas consecutivas la UEFA Europa League.

"Estamos en continua búsqueda. No nos podemos quedar parados, ni con las victorias ni con las derrotas", confesaba en el aeropuerto de Düsseldorf mientras la expedición esperaba la llegada del equipaje. Y esa continua búsqueda se alarga cada año más o menos según las piezas que entran y salen de la plantilla y la exigencia que marcan las competiciones que se disputan. Esa regularidad que debe llevar al Sevilla a no bajar el nivel exhibido en citas en las que puso boca abajo el Sánchez-Pizjuán es el Santo Grial que tanto anhela contemplar Unai Emery.

En Mönchengladbach no está el Santo Grial, ese cáliz que acogió la sangre de Cristo y que durante siglos fue causante de muertes, traiciones y conflictos bélicos. Sí que está, según la leyenda, el mantel sagrado de la Última Cena, custodiado en un relicario en la románica Catedral de San Vito. Y aquí debe festejar el Sevilla su primera victoria a domicilio de la temporada para asegurar el salto de consolación a la Europa League y llegar, según lo que haga la Juventus, a la última jornada dependiendo de sí mismo.

"Un equipo que ha ganado al Madrid y al Barcelona en un mismo mes tiene que ser más regular y tiene que ganar también a los demás equipos. Además de esa crítica, lo que sí tengo que ser es optimista y pensar que tenemos una buena plantilla y que tiene que llegar esa regularidad", advertía el presidente, José Castro, en la rueda de prensa en la que daba el pistoletazo de salida al que no quiere que sea el último desplazamiento del equipo nervionense en la Champions.

Pero la regularidad, como todas las cosas buenas en el fútbol, es la suma de muchas cosas. El nivel de exigencia ha crecido, algunos de los recién llegados no han levantado aún el dedo para tirar de verdad del carro y el rendimiento sufre altibajos según entren unos jugadores u otros.

A Emery, entre preocupado, sobre todo, por los problemas en el centro de la defensa y confiado en que su equipo dé esta vez la cara buena ante un gran rival, se lo ve quizá más relajado de lo habitual en víspera de un encuentro en el que el Sevilla se juega puede decirse que toda la temporada.

Castro, mientras, se consuela con males ajenos. "Además, la irregularidad no ha sido sólo nuestra, hay muchos equipos fuertes de Primera que no están siendo regulares tampoco y gracias a eso estamos a seis puntos del cuarto. Ojalá que de aquí a antes que acabe la primera vuelta seamos capaces de estar en el lugar que nos corresponde", explica el presidente. Saben ambos, Emery y Castro, aparte de un Monchi que también viajaba junto a su mujer y su hija tratando de apartarse de los focos, que no llegará un sustituto para Andreolli si el Sevilla queda fuera de cualquier competición europea, para lo que es irremediable no perder hoy.

"La idea es no precipitarnos, seguir hablando para ver lo que tenemos que hacer y en cuanto lo tengamos claro, tomar las medidas". O sea, ganar tiempo. Hay un par de opciones apuntadas, lo mismo que para el lateral derecho, pero está todo absolutamente parado. Y en enero, según esté o no en Europa, actuar de un modo u otro.

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