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La firmeza madridista, en cinco claves

  • El aspecto físico, una mejora con respecto a la temporada pasada

El Real Madrid mantiene su firmeza en Liga, con pleno de victorias en las dos jornadas disputadas, tras un trabajado triunfo ante el Celta gracias al toque de clase de Kroos, la recompensa al desgaste físico de Morata, el premio a la presión o el hambre de James Rodríguez por un puesto.

El toque de clase de Kross decantó la balanza de un partido que pudo caer de cualquiera de los dos lados si el Celta hubiese tenido más pegada en los metros finales. La tuvo un Madrid que mejoró con espacios y castigó la valentía de su rival con un disparo de altos quilates del germano. Como si de un golfista al patear se tratase calculando el viento y la caída del terreno, su toque dibujó un arco perfecto e imparable.

La movilidad de Modric fue otra de las claves. Era el día de su regreso tras cumplir en la primera jornada una sanción del pasado curso y plasmó sobre el césped su importancia en el equipo. En los momentos de atasco, sobresalió su figura. Fue el único madridista que supo encontrar espacios entre las líneas bien unidas del rival. Intentó dar velocidad al fútbol de su equipo y se descolgó en ataque siendo un peligro continuo. Lo frenó la buena actuación de Sergio, portero del Celta, y la madera en un gran disparo.

Otro de los artífices fue Morata, que con un gol tuvo la recompensa a su gran desgaste físico. Porque cada partido salta con ganas de comerse el césped, como si aún tuviese que demostrar las razones por las que regresa convertido en jugador de élite. Su presencia en el tridente ofensivo se ve en la intensidad de la presión sobre el rival. Se vacía cada encuentro y ante el Celta, junto a sus carreras por banda explotando su velocidad cuando abandonó la zona del nueve, realizó un buen juego de espaldas y, sobre todo, calmó la ansiedad del goleador abriendo el partido donde un matador debe estar. Un balón muerto y ahí estaba Morata para chutar de zurda a la red su primer tanto oficial de la campaña.

Otro que busca reivindicarse es James Rodríguez. Pese a perder protagonismo, el colombiano ha decidido luchar y lo demostró en el terreno de juego aprovechando cada minuto que le dio Zidane. Fueron 21 en los que disputó cada acción de ataque, participó con el robo de balón en la acción decisiva de Kroos y acabó rozando el gol. Zidane, de momento, le ha cerrado la puerta de salida.

La falta de fluidez en el juego la supo contrarrestar el técnico galo, quien propuso una alta presión para provocar la pérdida de balones en el lado vigués, algo que logró en varias ocasiones. El aspecto físico del Real Madrid es uno de los puntos mejorados respecto al pasado curso y el discreto inicio de curso.

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