Osasuna-betis

¡Vaya respiro! (1-2)

  • El Betis gana en Pamplona a Osasuna después de gozar de las mejores ocasiones y adelantarse con un gran Joaquín. Poyet sacrificó a Rubén Castro y, además de dar otra impresión, vio cómo Felipe Gutiérrez daba los tres puntos en una falta lejanísima.

Oro puro. El tirazo de Felipe Gutiérrez que, a decir verdad, se come Nauzet es oro puro para este Betis que intentaba olvidar el batacazo ante el Real Madrid y que acumuló las mejores ocasiones en un partido en el que Osasuna apenas opuso empuje. Liderado por Joaquín hasta que su cuerpo aguantó, los merecimientos visitantes fueron suficientes y aunque puntuar ya habría sido buena cosa, sumar de a tres supone un respiro profundo que autoriza al técnico en su cambio de piezas y en las decisiones que pueda tomar en el futuro cercano.

Poyet sacrificó a Rubén Castro, referencia inexcusable de este Betis, y lo fió casi todo a Joaquín, que respondió con 80 minutos sensacionales de intención y talento, y de capacidad de centralizar todo el juego ofensivo del equipo. Osasuna no lo tuvo fácil para frenar al portuense, a quien sólo la falta de fuerzas impidió resolver una cita clave para el equipo y para su técnico. Tres goles del capitán bético, uno en cada victoria de esta temporada del equipo: Valencia, Málaga en casa y Pamplona. Ahí es nada.

Juega Joaquín con la libertad que le da la presencia de Cejudo y la versatilidad del, por otra parte, gris Felipe Gutiérrez. Sanabria está arriba y el portuense tiene campo y metros para pensar y generar. Lleva el peso el equipo de Poyet, intentando tocar, y aunque es Osasuna quien más lo intenta es el Betis quien hace bingo en una acción de videoteca. Petros es un futbolista limitadísimo pero que está en todas partes y cuyo cartel de hombre esencial no deja de ser un hándicap para el crecimiento del Betis, pero este impagable Petros se marca un centro de categoría que Joaquín pelea con decisión para adelantarse a defensa y portero y rematar en escorzo con la punta de la bota para adelantar de manera sensacional al Betis.

Osasuna tiene un par de ocasiones destacables, sacando bajo palos Felipe Gutiérrez y rozando el palo Sergio León, pero el Betis aguanta y aunque se va al descanso con un único disparo por 11 del rival la impresión de peligro local no es suficiente para neutralizar la ventaja bética.

El Betis observa que la ocasión es estupenda pero Osasuna da un giro en el descanso y deja el 5-3-2 por un 4-4-2 que de salida le da más profundidad, al punto de que nada más comenzar Berenguer progresa por la izquierda y cuando parece que va a centrar el balón va para adentro, Adán ha ido a tapar el centro y cuando reacciona ve cómo el balón da en el palo y el rechace le cae a Roberto Torres, que fusila sin portero.

Vuelta al punto de partida y, en general, se empieza a jugar más al fútbol impetuoso y brusco que propone Osasuna y asume Petros que a la seda de Joaquín, quien a pesar de todo tiene una ocasión espectacular al dejarle solo Piccini por el centro y quedarse sin fuerzas después de recortar a Nauzet. Poco antes Sanabria ya había podido adelantar de nuevo al Betis, pero Unai García saca bajo palos y el Betis comienza a hacerse acreedor de los puntos en serio.

Osasuna ya no llega y Poyet, con apenas 10 minutos por delante, mueve ficha recuperando a sus dos atacantes más habituales, Rubén Castro y Álex Alegría, por Joaquín y Sanabria. La influencia del cambio, en realidad, es relativa, pues el Betis ya contaba con el balón y las ocasiones antes. Pero, al menos, convenció a los que seguían en el césped de que había que buscar ganar y una doble ocasión de Mandi y Felipe Gutiérrez empezaba a dar la sensación de que el punto no era suficiente.

Recién franqueado el 90, y con Osasuna con 10 tras una agresión de Riviere, Felipe Gutiérrez lanza una falta que casi todos entendían que sería un centro y la potencia del disparo supera a todos, incluido a un Nauzet que por muy sorprendido que quedara debió hacer más por la distancia y la escasa colocación del tiro.

Entró, al cabo, y el Betis se llevó los tres puntos del campo de un rival directísimo por la permanencia. Y, lo más destacable además de los puntos, vio recuperar a Sanabria, de menos a mucho más, y reforzado a un técnico que quizás debería temer menos las consecuencias de sus decisiones si de verdad cree en ellas. Sentar a Rubén Castro con el agua al cuello no es ninguna broma y le salió bien. No es mal punto de inflexión para un técnico, y también un equipo, con mucho más que ofrecer de lo visto hasta ahora.

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