Sevilla f.c.

"Si Adriano quisiera jugar de lateral, yo me tendría que ir de aquí"

  • El defensa catalán se siente a gusto en un club que colma sus aspiraciones y en una ciudad con la que está impaciente por verla florecer · Quizá porque ha demostrado que sus fuertes son la seguridad y ser fiable, admira la espectacularidad del brasileño

Llegó y se puso a rendir. ¿Para qué esperar más? Recibió elogios, se enteró de la película antes incluso que Squillaci y se ganó en esos meses el honor de ser para la afición "el mejor fichaje". Esa fase ya la pasó, otros han llegado también al nivel esperado, aunque Fernando Navarro no falla nunca o casi nunca. Siempre está ahí. Su historia es la de un chico marcado por la regularidad que disfruta de su estancia en Sevilla y que tiene su secreto en la seguridad de su fútbol. Es fiable y se hace respetar por eso, mientras otros son más espectaculares -el caso de Adriano, al que admira-.

Explica sus comienzos, acorde con los tiempos, pues ya los ídolos no salen de las calles sino de las escuelas de fútbol, animados por sus padres. "El mío es un apasionado. Es el típico que si un domingo no tiene nada que hacer se va a ver a los chavales, a los juveniles o a los cadetes. Es una cosa que siempre me inculcó y de pequeño siempre fui muy futbolero". Precoz y saltándose los plazos hasta empezar a tener conciencia de lo que puede significar un balón en su vida. "Empecé en Barcelona, en la escuela Trajana con cuatro años. Lo típico, partiditos de fútbol-7 y fútbol-sala hasta los once años, en que hice una prueba con el Barça y me cogieron a mí y a otro chaval".

-¿A qué edad se empieza a valorar que deja de ser un juego?

-Supongo que es en el paso del cadete al juvenil. En mi caso me salté dos categorías, fui directamente al División de Honor. No sé aquí, pero en Cataluña se le tiene mucho valor a esa categoría. Ahí ves que la cosa va más en serio. También me salté el Barca C y en el filial ya ves que está a un paso de ser profesional.

-¿Entrenadores?

-Olmo, Asensi, Quique Costas, Rojo… El primero que me llamó fue Serra Ferrer con 17 años para entrenar en estas semanas que están los internacionales fuera. Para un partido medio oficial de la Copa Cataluña fue Van Gaal en su primera época. El año siguiente en La Coruña debuté con Rexach. Luego me lesioné curiosamente con el Sevilla en aquel célebre 0-3 de la pañolada a Gaspart. Me lesioné en una jugada con Reyes. 10 meses. Entró Rijkaard, me dijo que no iba a jugar, estuve cedido en el Albacete, volví, no jugaba y había que buscar una salida, Cúper pidió mi fichaje...

-¿Le gusta Sevilla?

-Es una ciudad fácil de adaptarse, sólo por el clima... Apetece mucho salir, conocer, tomar algo… y tanto mi familia como yo estamos encantados de poder disfrutar de esta bonita ciudad.

-Y todavía no conoce lo mejor. Ahora viene lo bueno.

-Sí (sonríe). Eso dicen. No soy especialmente religioso y no sé si me va a gustar, pero sólo por ver el ambiente… Tenía muchas ganas de que llegara para ver qué pasa, estoy un poco expectante porque todo el mundo me habla de la Semana Santa sevillana y me hace ilusión ver el ambiente y el sentimiento que hay en las calles.

-Y luego la Feria.

-Tampoco la conozco, me han hablado muy bien y…

-Hay que tener cuidado…

-(Risas) Sí, bueno, yo al estar casado y con niños es complicado… Pero es lo mismo, me han hablado del colorido, del ambiente, las mujeres vestidas…

-Aquí pasamos en una semana de la pasión a la alegría desbordante, del pesimismo a la euforia, de qué bueno es el entrenador a qué malo es...

-No conozco mucho, pero por lo poco que he podido apreciar es un poco la mentalidad de los sevillanos, son tan raciales y tan pasionales que o todo lo ven extraordinariamente bien o todo es un desastre. A veces, hay que ser un poco fríos a la hora de analizar las cosas y tener equilibrio. Estamos haciendo una gran temporada y hay que ver que hay equipos muy potentes que están por detrás nuestro.

-Dolió lo de Bilbao.

-Hicimos un buen papel en la Copa, buenos partidos, pero ni salió ni dimos el nivel con un rival que sabíamos cómo iba a jugar. No tenían secretos, pero... Una decepción.

-Cree que la temporada no es para quejarse...

-A día de hoy no se puede pedir más. Bueno, ojalá fuésemos segundos o primeros, pero hay que ser realistas y ver que hay dos clubes que tienen más dinero y más posibilidades que los demás. Luego hay cinco o seis y somos los primeros de ese grupo. Creo que podíamos tener 3 ó 4 puntos más que perdimos tontamente, pero en general estamos siendo sólidos y constantes en una Liga que aunque la gente diga que no tiene nivel es de las más competitivas. Es muy difícil ganar, sobre todo en la segunda vuelta cuando los equipos le ven las orejas al lobo. Ya lo vimos en Huelva.

-Personalmente, lo que llama la atención de su juego es la seguridad, pero también ha demostrado con subidas y pases de gol que si quisiera...

-Siempre pasas por altos y bajos en la temporada. Yo voy como el equipo. Empezamos muy bien, tuvimos ahí algunos momentos dudosos y otra vez hemos cogido el ritmo de crucero. Yo igual. Es muy difícil destacar cuando el equipo está muy mal y muy difícil hacerlo mal cuando el equipo está bien. Sí es cierto que con la nueva disposición táctica (Romaric como falso extremo), las circunstancias del equipo te obligan a ocupar ese espacio libre que no habría si estuviera un extremo puro. Pero bueno, siempre he dicho que soy un defensa, sé que puedo y que debo aportar más, pero también hay que ver que jugamos con mucha gente ofensiva por delante, Adriano, Jesús, Diego, Perotti…, que si les pides defender mucho les quitas potencial y es lo que he dicho, siempre hay que buscar un equilibrio. Aunque de cara a la gente no parezca que sea lo mejor, nosotros sabemos que sí lo es.

-Ya que ha nombrado a Adriano, ¿qué le parece de lateral?

-Siempre lo he dicho, si Adriano quisiera ser lateral, yo me tendría que ir de aquí (risas). Las condiciones que tiene todo el mundo las ve: es rápido, fuerte, técnico, con físico, buen salto de cabeza, agresivo… es un jugador de fútbol total que puede salir de defensa, de delantero, en las dos bandas, por el medio… Es un jugador con unas condiciones físicas espectaculares y técnicas también que donde lo ponga el míster va a rendir porque lo tiene todo para ser un futbolista..., buff, espectacular. De los mejores.

-Bueno, Adriano de momento no puede jugar con la selección española, usted sí. ¿Qué siente sobre ese asunto?

-Te da rabia… Voy a decir tópicos, pero es verdad, no se puede decir nada más. Yo creo que lo estoy haciendo bien en Sevilla, pero bueno, el entrenador que hay allí cree que otros lo pueden hacer mejor que yo y sólo queda trabajar para hacerlo mejor y cambiar esa opinión. Sé que cuentan conmigo porque me lo han dicho personalmente, pero habrá que esperar a ser convocado otra vez, porque yo ya no me conformo con ir, estar, no sé qué… yo quiero jugar y puedo dar el nivel.

-Porque además Capdevila tiene ya… bueno no lo vamos a jubilar aquí, pero no es un chiquillo. Y tampoco hay muchos.

-Es una posición que quizá escasea un poco ahora. Esto va por fases. Hubo un tiempo que faltaban centrales o medios centro… Ahora en cambio en la selección lo que más hay es gente de mediocampo y lo que menos, jugadores de atrás. Pero Joan es un profesional impresionante, lleva 10 ó 12 años a un nivel altísimo y claro que tienen mérito sus convocatorias y lo que está haciendo, pero yo no me conformo sólo con estar y ver los toros desde la barrera. Yo sé que puedo estar ahí y que puedo aportar más.

-¿Sabe lo que pienso? Que el lateral es un puesto tan específico que, a no ser que sea un Mundial o una Eurocopa, a una convocatoria de 18 ó 20 va uno solo, el que va a jugar. Falta polivalencia en ese puesto.

-Sí. Sabes que en un partido o en diez días de una concentración no tienes que llevar dos laterales derechos, dos laterales izquierdos… Son decisiones respetables y sólo repito que lo que me queda es trabajar para estar en las siguientes.

-¿Y qué me dice del interés aireado de clubes ingleses? ¿Que si el Liverpool, que si Rafa Benítez…?

-No. No sé si es verdad o es mentira, sinceramente. Me parecía raro, las cifras que salían y todo, demasiado extraño todo. Ni pregunté y la prueba está en que no ha habido nada. Creo que era totalmente falso porque a mí nadie ni a mi agente nos han trasladado ese interés.

-¿Dónde mejor que aquí?

-Exacto. Estoy muy contento.

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