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Felicidad por el éxito pero con suma cautela

  • Los grupos opuestos a Lopera convergen en que el Betis fue el gran triunfador el lunes · Incertidumbre y fe en el día después, amén de una gran esperanza en las actuaciones judiciales

El Betis cosechó en la atardecida del pasado lunes la que, si no lo es ya, se convertirá con el paso inexorable del tiempo en su victoria más brillante fuera de los terrenos de juego. Por el calibre de la goleada, hasta sesenta mil almas verdiblancas en la calle, y por la matrícula de honor en juego limpio, debido a la ausencia total de incidentes, el club verdiblanco puede sentirse orgulloso de la lección recitada.

Lógicamente, tanto los organizadores como los representantes de los diferentes grupos opositores se vanaglorian por de este éxito, aunque el mismo no les hace entonar cánticos de victoria sabedores de que Manuel Ruiz de Lopera no se va a quedar cruzado de brazos y, de hecho, ya está surcando el camino de piedras.

Sin duda, la causa que instruye el Juzgado número 6 de Sevilla, cuya titular es Mercedes Alaya, sigue siendo la principal esperanza, aunque el punto de partida para que la Ley, los políticos y ellos mismos comiencen a andar o lo hagan con más celeridad fue la sobresaliente puesta en escena del ya memorable 15-J.

Representantes de las tres principales plataformas opositoras, Béticos por el Villamarín (BPV), Por Nuestro Betis (PNB) y Liga de Juristas (LJB), con la pausa que dan veinticuatro horas, analizan la manifestación del pasado lunes y sus consecuencias a corto y medio plazo.

Emilio Soto, portavoz de BPV, es el más vehemente. Le va en el carácter. "Fundamentalmente, ya jamás nadie podrá decir que al máximo accionista le interesa algo más que el dinero, ya que no le importan los béticos ni sus peñas. Eso ha quedado totalmente claro y palmario tras el comunicado emitido en su página web. 60.000 béticos no lo han hecho recapacitar y admitir que se ha equivocado. Él sólo es dinero y dinero", apunta por lo de las ofertas "irrisorias" y demás.

"Eso sí, hay que agradecerle que haya sido capaz de despertar al Betis, que estaba narcotizado. Su mal hacer como gestor lo ha conseguido y se ha visto en una manifestación modelo; no había ni ceniza en el suelo. El mundo entero se ha dado cuenta de la organización tan seria que es el Real Betis Balompié cuando él no está presente", matiza Soto, quien apunta sobre el futuro: "Hay que ser muy prudente, sacar nombres es hacerle el juego. Él no puede vender por la peculiar relación de sus empresas y por los problemas que se supone que la jueza Alaya hallará. Dice que Bsport le dio 500.000 euros y espero que la Fiscalía y Hacienda tomen buena nota, de dónde ha sacado el grupo ese dinero y si luego él lo declara como ingreso en su declaración".

José Antonio Tirado, presidente de PNB, plataforma que ayer mantuvo una reunión interna en el Puesto Los Monos para definir sus estrategias, se une igualmente a la corriente exitosa de la manifestación. "Lo primero que hay que reseñar es que se trata de un éxito del beticismo que es histórico, término que califica ya de por sí el encuentro. El bético está cansado de todo lo que está pasando en el club debido a la mala gestión que se está llevando a cabo y esta manifestación es histórica porque creo que va a cambiar las cosas en el Betis", analiza.

Tirado cree que las consecuencias se harán notar. "Es que no es sólo lo de ayer, sino los movimientos de las dos últimas semanas. Este grupo va a analizar todas las posibilidades y también están la de los otros grupos y la vía judicial. Hoy -por ayer- vamos a definir públicamente la posición de la plataforma y de la plataforma de sindicación. Tenemos que protegernos, porque hay algunos movimientos de gente que quiere apuntarse a última hora al creer que la situación es propicia para hacer negocio. Y nosotros, como grupo de base, no debemos permitir que alguien pretenda aprovecharse de la supuesta debilidad de Lopera y que el Betis pase de tener un propietario a otro propietario", sentencia.

Adolfo Cuéllar, presidente de la LJB, aporta nuevos puntos de vista. "Fue el levantamiento popular que algunos béticos estábamos esperando desde hace algún tiempo. El beticismo se ha plantado de verdad contra una forma de entender la gestión. Era una de las patas del banco que faltaba y una rebelión pacífica pero firme y contundente. El mensaje fue muy claro y muy elegante, con sensibilidad y sin insultar, porque decir en Sevilla Lopera es sevillista no es un insulto. Es estilo Betis, lo que ha sido el Betis siempre, popular y señorial a la vez", resume. "Esto significa una legitimación clara para las personas que creen que el cambio gestión no es sólo necesario, sino imprescindible e inevitable. Por una vez, hemos sido generosos con el Betis y hemos empujado a los que cojan la batuta para un cambio en la gestión inmediato. Luego está el tema accionarial, que tiene otra lectura y no es el momento de hacerla. Pero la gente no se va a conformar y el día 2 comerse un Betis-Huesca; la gente dará otros pasos si Lopera sigue aferrándose a esa gestión contra la que mostró su rechazo", apostilla.

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