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Los andares de la vergüenza

  • A un ritmo propio de veteranos, el Betis ve cómo un recién ascendido de Segunda B le da un severo meneo en Heliópolis · Tapia optó por dos extremos y luego Rodri y Sunny no pudieron equilibrar a un equipo roto

Vergonzoso. Lamentable. Deleznable. Impresentable. Soez. Grosero. Indigno... No alberga el diccionario suficientes calificativos para describir el partido perpetrado ayer por catorce hombres vestidos de verdiblanco que, por desgracia, representan al Betis. A ese Betis zarandeado desde sus entrañas por Lopera y que purga deshonras en Segunda División. A ese mismo Betis del que hace unas semanas presumía, en lugar de ruborizarse, Momparlet. Como si él supiera algo de esto, que habría que preguntarse qué ha hecho el Betis, el otro, el de siempre, para verse condenado a tan vitanda singladura.

Defensa

Carlos García y Arzu no hicieron olvidar al tándem central de Vallecas. En absoluto. Una máquina de hacer faltas el primero y blando el segundo, el balón se paseó inquietante por el área verdiblanca en no menos de cinco ocasiones. Y, claro, una la cazó Abasolo, más listo que el nazareno y acabó en las redes de Goitia.

El ritmo del partido fue tan propio de un grupo de veteranos de miércoles noche en el Portaceli que el Real Unión le escondió la pelota al Betis en la segunda parte y lo obligó a un desgaste imposible y absurdo.

Tapia, que había optado erróneamente por dos extremos, Odonkor y Caffa, para ocupar las vacantes de Juanma-Damià y Nacho vio cómo su equipo perdió el equilibrio y el mediocampo de forma absoluta. Cuando trató de rectificar con Rodri y Sunny, el Betis ya estaba hecho unos zorros y sólo sabía recular y agonizar amorcillado en tablas junto a Goitia.

ataque

La actitud resume el quehacer verdiblanco. El equipo comenzó con Nelson y Fernando Vega en terreno adversario, con Pavone perdiendo metros para apoyar al centro del campo y hacer de bisagra, y el Betis lo agradeció. Llegó cuatro o cinco veces y marcó.

Luego, el equipo se dejó ir. Sus futbolistas se olvidaron del balón, de pedirlo, de desmarcarse... De jugar al fútbol.

virtudes

La garra de Iriney y Pavone.

talón de aquiles

La actitud del resto. Deshonrosa.

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